Sin duda era un genio, de la informática y del marketing, y como tal tenía sus ideas fijas y manías, no siendo compartidas por mí algunas de ellas. Pero lo que está claro es que sin él y la impronta que dejó, los ordenadores, reproductores de audio, teléfonos móviles y tablets no serían lo que son hoy en día. Llama poderosamente mi atención que su muerte se anuncie el día después a la última Keynote de Apple; supongo que será fruto de la casualidad y por supuesto al avanzado estado de su cáncer, pero me da a mí que ahora saltarán a la luz toda suerte de conjeturas y conspiraciones varias.
Que Descanse En Paz.