Siento que las palabras que voy a escribir me pudren el alma, y que me arrepentiré de pasarlas a papel, pero si sigo dejando que me consuman por dentro; que estas enredaderas de terror suban por mi columna y acaben cegando mis ojos, acabare convirtiéndome en una mera sombra.
Rezo una plegaria, y me atrevo a escribir una línea más. Si lees esto, estaré salvado. La única esperanza que tengo irá camino de algún lugar lejano, alejado de maldad, un paraíso terrenal donde probablemente me hubiera gustado vivir.
Sin embargo, estoy hundido en un pozo sin final, cayendo eternamente. No se parece en nada al cielo donde me prometiste que iría. Por eso reclamo tu ayuda; te necesito. Cada segundo sin ti se hace más duro; cada palabra que le robo al aire duele más, y la presión de mi pecho me obliga a no respirar. Me muero.
Cuando hoy me he despedido de ti, algo mío se ha ido contigo. En mi cabeza sonaba tu canción, que, por desgracia, jamás será nuestra. Tu último beso me ha sabido a miel, pero también a traición.
No puedo seguir con esto. Jamás encontrare la paz mientras siga a tu lado, ni conmigo mismo ni con el mundo que me rodea.
Quiero huir, pero el vaso vacío frente a mí, en la mesa, me hipnotiza. Todavía guarda tu pintalabios como un preciado tesoro. Me sirvo un vaso de ginebra, y compruebo que también conserva tu sabor. Cada buche es como besarte, y los escalofríos no paran de recorrer mi espalda.
Queda tan solo una gota; quizás dos. Se que cuando acabe la botella, y termine la ultima línea, me hundiré en la total oscuridad. Me gustaría despertar y que todo esto no fuera mas que una pesadilla. Quisiera no haberme enamorado nunca de ti, pero sabes que soy débil; que no puedo evitar jugar con el peligro, que siempre me ha gustado el límite.
Sin embargo, no puedo seguir con esto. Estoy loco por ti, pero esa pasión me esta matando. Cual cerilla, tu fuego me esta quemando.
¡Dios, es que no lo ves! ¿Por qué no dejas de torturarme con medias verdades, con promesas que no llevan a ninguna parte? ¿Cuándo comprenderás que renuncie a todo por ti?
Por eso he decidido esperarte allí donde la eternidad es un simple suspiro, un lugar tan grande que el amor es pequeño. Podría entregarme a la muerte, pero no podría huir de tu perfume, de tu mirada.
Por eso no escribiré jamás la ultima línea de nuestra pequeña historia; dejo que tu decidas como continua. A partir de ahora tú serás la autora, y yo seré un personaje escondido entre miles de letras.