Ross Ulbricht, también conocido por el alias Dread Pirate Roberts, deberá cumplir cadena perpetua por su labor al frente de
Silk Road después de que un tribunal de apelaciones haya desestimado el recurso que presentó contra la
sentencia condenatoria emitida en 2015, dos años después del cierre del que en su momento fue descrito como el mayor bazar de sustancias prohibidas y servicios ilegales de todo el mundo.
Los abogados de Ulbricht trataron de argumentar que el tribunal que lo condenó no debería haber tenido acceso a documentos que supuestamente fueron obtenidos de forma ilícita, así como que durante el juicio se cometieron una serie de errores que tendrían que haber devenido en el sobreseimiento del caso. Adicionalmente, la apelación afirma que la condena a cadena perpetua emitida contra Ulbricht constituye un castigo irracional y extraordinariamente severo en comparación con otros condenados por tráfico de drogas.
El caso contra Ulbricht es uno de esos que casi irremisiblemente terminan convirtiéndose en guion cinematográfico. Según el FBI, Ulbricht fundó y administró en secreto Silk Road, una especie de mercadillo en la
deep web donde miles de personas podían comprar en secreto todo tipo de drogas que eran pagadas mediante Bitcoins. Además, Silk Road proporcionaba acceso a documentación falsificada, pero también a productos y servicios de uso legal como joyas. Inicialmente Ulbricht intentó vender armas través de Silk Road, moviendo después este tipo de transacciones a un sitio hermano llamado The Armory que finalmente fue cerrado debido a la baja demanda. El FBI llegó a acusar a Ulbricht de encargar media docena de asesinatos, que de acuerdo con las pesquisas no llegaron a ser cometidos.
Un caso complejo y polémicoUn antiguo agente del FBI identificó 13 millones de dólares en transacciones directas de Bitcoins entre Silk Road y Ulbricht, proporcionando solidez a los argumentos de que se lucró con la venta de drogas a través del sitio. El suyo, de todas formas, no fue un caso sencillo.
El FBI, que esquivó las acusaciones de haber hackeado ilegalmente Silk Road, se puso en una situación extraordinariamente incómoda cuando declaró que, "de haberlo hecho", sus ciberagentes hubieran estado totalmente justificados al tratarse de un sitio claramente ilegal y albergado en el extranjero. Más aún, un agente de la DEA (Administración para el Control de Drogas por sus siglas en inglés) y otro del Servicio Secreto (agencia encargada de perseguir los delitos financieros) fueron condenados por
robar cientos de miles de dólares en Bitcoins durante la investigación.
Desestimada su apelación, Ulbricht pasará el resto de sus días entre rejas por los
cargos de conspiración para traficar con drogas, blanqueo de dinero, implicación continuada en una organización criminal y conspiración para hackear ordenadores. A estos cargos se les aplicó un agravante especial reservado para los líderes de organizaciones criminales internacionales.
Fuente: TechCrunch