Sí, hay una forma. Dejar de lloriquear y de mirarte tanto el ombligo, y hacer algo positivo por otra persona que no seas tú. Por ejemplo, pregunta en Cruz Roja, Protección Civil, o Cáritas, si necesitan algún voluntario para todo lo que están haciendo en estos días.
O algo mucho más simple: dedícale algo de tiempo a un ser vivo, por ejemplo una planta que tengas por casa abandonada.