El gigante ruso del gas, Gazprom, ha interrumpido el abastecimiento a Ucrania ante la falta de acuerdo entre Kiev y Moscú sobre el precio de la energía. El cierre del grifo energético pone en riesgo también el bombeo a la Unión Europea, que recibe a través de Ucrania la mitad del gas que importa de Moscú. Bruselas advirtió este lunes de que habrá problemas a finales de año si no se llenan los depósitos ahora.
La medida, que retrotrae a Europa a los cortes energéticos que aplicó Moscú en 2006 y 2009, se produce en pleno recrudecimiento del conflicto entre prorrusos y ucranios en el este del país. El consejero delegado de Gazprom, Alexéi Miller, acusó a Kiev de adoptar “una posición que solo se puede denominar chantaje”, mientras el primer ministro ucranio, Arseni Yatseniuk, replicó: “Esto no tiene que ver con el gas. Es un plan general para destruir Ucrania”.
El comisario europeo aseguró, no obstante, que Ucrania pretende cumplir con el tránsito de gas hacia la UE y se mostró confiado respecto a la voluntad rusa de suministrar gas a la Unión. En 2009, cuando Rusia cerró el grifo, Ucrania optó por quedarse con parte del gas que circulaba hacia Europa.
Ucrania dispone de 13.500 millones de metros cúbicos almacenados, lo que garantiza su suministro y el europeo durante el verano. Pero debería llegar a unos 20.000 al final del verano para lograr la normalidad en invierno, según la Comisión Europea. Los cortes aplicados desde este lunes lo dificultan, aunque Bruselas confía en reanudar las conversaciones.