This is an official statement from the EBU.
Following the official confirmation that Russian Eurovision entrant, Julia Samoylova, will not be permitted to travel to Kyiv to compete in the Eurovision Song Contest 2017, the EBU formally offered two alternative proposals to Channel One in a bid to find a solution that would enable Russia to continue their participation in this year’s event.
"These proposals were to either take part via satellite or to change their chosen artist to one who could legally travel to Ukraine for the duration of the Contest. Sadly both proposals have been rejected by Channel One and they have now announced they do not intend to broadcast the Eurovision Song Contest 2017. Unfortunately this means Russia will no longer be able to take part in this year’s competition. We very much wanted all 43 countries to be able to participate and did all we could to achieve this," the EBU states.
Frank Dieter Freiling, Chairman of the Eurovision Song Contest Reference Group, the event’s steering committee, said: "We strongly condemn the Ukrainian authorities' decision to impose a travel ban on Julia Samoylova as we believe it thoroughly undermines the integrity and non-political nature of the Eurovision Song Contest and its mission to bring all nations together in friendly competition. However, preparations continue apace for the Eurovision Song Contest in the host city Kyiv. Our top priority remains to produce a spectacular Eurovision Song Contest with our Member UA:PBC in May."
https://eurovision.tv/story/russia-unab ... -statementLos organizadores comunican a la televisión rusa que no han logrado levantar el veto impuesto por las autoridades ucranianas a su representante
Rusia está fuera de Eurovisión 2017. La Unión Europea de Radiodifusión (UER), ente organizador del famoso festival, ha comunicado que las negociaciones con las autoridades ucranianas para levantar el veto a Yulia Samoilova no han dado sus frutos. La televisión rusa, a su vez, ha rechazado cualquiera de las alternativas planteadas y ha anunciado su salida del concurso.
En una carta dirigida a Channel One, la UER lamentaba la situación y proponía sustituir a Yulia Samoilova por otro participante o emitir la actuación de su artista vía satélite desde Rusia. Ninguna de las dos soluciones ha satisfecho a la televisión rusa, que ni participará ni emitirá el concurso este año. «Ambas propuestas son inaceptables. Una va en contra de las reglas y discrima a la candidatura rusa frente al resto. La otra, la de sustituir a nuestra representante, ni siquiera puede barajarse». Para Rusia, el veto de su artista es completamente «irracional» y busca «politizar» Eurovisión, cuya esencia a lo largo de sus 62 años de historia ha sido la de «unir a la gente».
El pasado mes de marzo, Rusia confirmaba a Julia Samóylova, una cantante de 28 años en silla de ruedas por una atrofia muscular espinal, como su representante en Kiev. Rápidamente, el gobierno ucraniano advirtió de que la artista no tendría permitida la entrada a Ucrania al haber actuado en la península de Crimea tras la anexión de Rusia en 2014. El Servicio de Seguridad considera que la artista cruzó ilegalmente la frontera al acceder sin autorización a un territorio que sigue considerando suyo. La legislación ucraniana condena esta acción con tres años de prisión.
La UER ha adoptado en este último mes un papel de mediador para conseguir que Ucrania finalmente levantara el veto. A través de un dilatado trabajo diplomático, para muchos poco hábil, las buenas palabras y la actitud conciliadora dieron paso a última hora a las presiones y las advertencias para romper el bloqueo ucraniano. Ingrid Deltenre, directora general de la UER, escribió personalmente al Primer Ministro Volodymyr Groysman para advertirle del «impacto negativo» que esta decisión conlleva y la seria posibilidad de quedarse fuera del concurso el año siguiente. Víctima de una broma telefónica, la propia Deltenre amenazó incluso a los anfitriones con llevarse el concurso a Berlín si mantenían su decisión. Pese a todo, el gobierno ucraniano se ha plantado en el «no» y sólo ha accedido a que Rusia participe si elige a otro cantante como representante.
Las tensiones políticas entre Rusia y Ucrania tuvieron ya su reflejo en el festival del año pasado. La ucraniana Jamala ganó el concurso con «1944», un tema que evocaba la brutal deportación de los tártaros de Crimea ordenada en aquella fecha del siglo pasado por el sanguinario dictador comunista Iósif Stalin. La delegación rusa protestó antes de la final al entender que el tema violaba la norma que impide cualquier referencia política en las canciones participantes, algo que finalmente la dirección del concurso rechazó. Ahora, Ucrania les ha dejado fuera de Eurovisión en un nuevo capítulo de una larga guerra que el festival no ha podido esquivar.
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