Yo ahora solo rezo porque los creativos no huyan de Segasammy en manada.
Parece mentira, has crecido jugando a sus juegos, has crecido viendo su logo cada vez que te disponias a disfrutar de un juego suyo, y ahora, de golpe, cuando vuelven a empezar a levantar cabeza, llegan unos tíos forraos gracias a un negocio de dudosa ética y te lo tiran todo por los suelos. Es muy triste. Muy triste.