La postura habitual de todas las grandes compañías frente a informaciones oficiosas suele ser la misma: sin comentarios. Afirmar, denegar o simplemente hablar sobre rumores y habladurías puede aumentar la confusión del público y causar reacciones impredecibles en los mercados. Por este motivo resulta llamativo el hecho de que Samsung haya salido a la palestra para desmentir que exista problema alguno en las baterías del
Galaxy S7.
Acuciada por el que ya es uno de los
mayores fiascos en la historia reciente de la industria telefónica y por la
aparición en las
noticias de varios usuarios que afirmaban haber perdido sus teléfonos Galaxy S7 entre una nube de humo y llamas, el gigante surcoreano ha emitido un breve comunicado:
Samsung está segura de la calidad y la seguridad de la familia Galaxy S7. No ha habido casos confirmados de fallos internos de batería en estos dispositivos entre los más de 10 millones de dispositivos que están siendo utilizados por consumidores en los Estados Unidos; no obstante, hemos confirmado un cierto número de incidentes causados por daño externo severo. Hasta que Samsung sea capaz de obtener y examinar dispositivo alguno, es imposible determinar la auténtica causa de un incidente.
Durante las últimas semanas han sido varias las noticias relacionadas con unidades del Galaxy S7 incendiándose aparentemente sin intervención por parte de sus propietarios. Es obvio que Samsung es consciente del enorme daño económico causado por el desastre del Galaxy Note 7 y pretende atajar cualquier conato de pánico con este comunicado. Es difícil saber si el mensaje calará si se considera el torpe proceso de retirada emprendido en su día para atajar la crisis iniciada por de su
phablet, cuya campaña de sustitución inicial, relativamente
limitada en su alcance, fue seguida por
otra global y la cancelación
de facto del dispositivo.
Unos clientes "ferozmente leales"Por otro lado, no está del todo claro que el impacto económico causado por la retirada del Galaxy Note 7 haya tenido efectos a nivel de marca, al menos en Estados Unidos.
Según un
estudio elaborado por Reuters/Ipsos sobre una muestra de 2.375 personas con uno o más dispositivos Samsung, el 27% de los usuarios afectados por la campaña considerarían un teléfono Samsung en primer lugar si tuvieran que comprar un
smartphone, mientras que entre aquellos que desconocían la campaña de retirada del Note 7 un 25% se fijarían primero en un dispositivo con el sello de Samsung.
Igual de notable es la fidelidad de dichos consumidores. De acuerdo con la encuesta, "los clientes de Samsung son ferozmente leales a la marca", hasta el punto de que el 91% de los usuarios de un
smartphone Samsung repetirían con la marca. Esta tasa es casi idéntica a la observada por Reuters/Ipsos entre los usuarios de un iPhone, que volverían a comprar un teléfono de Apple en el 92% de los casos.
Fuente: Mashable