El Galaxy Note 7 acaba de añadir un nuevo capítulo a su infausta trayectoria con la distribución de varios puntos de sustitución de dispositivos en algunos de los aeropuertos más transitados del mundo. Poco después de que el gigante de la electrónica abriera "puntos de servicio al cliente" en los aeropuertos de Corea del Sur, se ha hecho oficial la ampliación de esta campaña a múltiples aeropuertos australianos, mientras que algunos viajeros se han percatado de la aparición de estos puestos
también en Estados Unidos.
De acuerdo con la información facilitada por Samsung en su
página australiana, los puestos estarán situados en terminales con un elevado tráfico de pasajeros y al menos localmente atenderán a los consumidores desde las 6 de la mañana y hasta las 22:00 de la noche. La compañía, que se disculpa por las molestias causadas, no señala qué dispositivo de sustitución ofrecerá a los consumidores.
Foto: Sergio Quintana/@svqjournalist
En el caso de España, donde no se tienen noticias relacionadas con el cambio del teléfono en los aeropuertos nacionales, la compañía está trabajando para cambiar los Galaxy Note 7 ya vendidos por un
Galaxy S7 o S7 Edge.
La campaña de sustitución del Galaxy Note 7 es posiblemente una de las más amplias y graves en la historia reciente de la electrónica de consumo.
El riesgo a que sus baterías se incendien de forma violenta y espontánea ha resultado en la clasificación del dispositivo como objeto prohibido para su transporte aéreo en varios países, incluso cuando este se encuentre apagado. La alarma es tal que en el caso de los Estados Unidos subir a un avión con un Galaxy Note 7 se considera un
crimen federal potencialmente castigado con una fuerte multa y/o hasta 10 años de prisión.
Fuente: The Verge