...SANADOR DE SANOS...
Tú, que eres tan grande que necesitas acólitos
para enmascarar tu destino.
Tú, que no andas, haces camino.
Sabio entre tontos, mago entre ciegos,
blasfemo entre clérigos.
Tú, charlatán barato,
curandero de hipocondríacos,
ingeniero experto en destrozar rosarios,
sermoneador de burdeles, aprendiz de diablo.
Tú, ángel maligno, orador divino,
patrón aciago,
visionario a toro pasado,
infeliz santificado,
amplificador de aplausos,
psicólogo atormentado.
Tú, pelota redomado,
infeliz idolatrado,
sofista del tres al cuarto.
Teórico de desproporciones,
celestino de dioses,
creador de nada,
prepotente acamado,
irascible teatrero.
Tú, dudoso disipador de dudas,
infalible fatuo,
perfecto vendedor de utopías a precio de saldo,
sanador de inexistentes males,
creador de incertidumbres,
resucitador de vivos, asesino de muertos …
¿Acaso hay tanto ignorante como para
considerarte perfecto?
FIN
Quiero aclarar que cuando digo tú, yo, no me excluyo.
Sé que por desgracia poseo alguno de esos defectos.
Mi ventaja radica en que yo lo admito.
Tori21