La primera vez que me pasó me acojoné bastante, valga la redundancia ¡donde estaba mi cojón derecho!
De vez en cuando sube a saludar al resto de órganos, pero ná, con apretar un poquito baja y me cuenta qué tal le ha ido la excursión.
Bueno y el que no los ha visto desaparecer de golpe es que no ha vivido el significado de "ponerselos de corbata". Pues anda que no son listos ellos de resguardarse de las patadas. Si hasta los voy a tener que poner nombre...