El culo no, pero un día, escuchando a un cuentacuentos en la universidad, sentado en el suelo, llevaba ya bastante rato y notaba que, a pesar de que trataba de cambiar de postura, la pierna se me iba durmiendo, así que opté por levantarme, pero ya era tarde. Si no es porque me apoyé en una columna y la cabeza de una persona, me caigo de cabeza.
No sentía la pierna nada de nada. Logré llegar hasta una silla con muchísimas dificultades y allí me di un masaje para recobrar la circulación.
Horrible, en serio, horrible.
Saludos.