Lo que hay que hacer es saber por qué no funciona. Si tu aparato usa refrigerantes modernos R410A ó R32 podría resultar interesante reemplazar la unidad que no funciona, pero si tu aparato usa refrigerantes antiguos R22 ó R407C, entonces no pierdas el tiempo y tíralo todo a la basura (quería decir al punto limpio). La razón es la diferencia de rendimiento que no sólo no compensa la reparación sino que aún funcionando bien tampoco compensaría el alto consumo eléctrico. El tipo de refrigerante lo podrás ver en la placa de características de la unidad exterior.
En resumen, o haces un curso rápido de ingeniería y te pones a estudiar y a consultar con el fabricante, o te decides a sustituir todo (un split normal con una instalación normal de marca reconocida costaría de 700 a 1000 euros).