No, de fantasma nada.
Un día hola y adiós.
Luego ir por su caja casi siempre. Nunca me llevaba bolsa.
Reirle su comentario sobre lo variado de mi dieta.
Pasar por su caja aunque hubiera más gente.
Pasar por otra caja y llevarme bolsa.
Pasar por su caja y dejar que me preguntara por qué a las otras sí les cogía la bolsa. Sonreír y guiñar.
Pagar con tarjeta otro día, que mire que no eres de aquí y comente: ya decía yo de aquí no eras... demasiado dulce.
Comprobar que en el tiquet había empezado a escribir su número.
Pasar por su caja, pagar con tarjeta y dejar el tiquet con mi número.
Mensajea ella, quedamos, listo.
Si fuera un fantasma contaría que me la follé en la misma caja mientras la encargada me miraba manoseando un plátano
Sé que fue algo que salió porque hubo tiempo, pero lo cuento por eso, no para presumir.