Un apunte:
Está bien preocuparse por estudiar y mejor aún desarrollar hábito de estudio; pero si un estudiante se preocupa
demasiado, si alcanza un nivel de angustia muy alto, esta situación es muy mala porque puede conducir al fracaso. Pongo un ejemplo:
Paso 1: A diez días del examen:
"
Diooosssss no voy a poder, no voy a poder, ¡cuántos temas! no voy a poder, no voy a poder"
Cuanto más mira los apuntes, más se embota, el miedo le paraliza. De repente todo es muy difícil, inabarcable, imposible de retener. En estas circunstancias es imposible estudiar porque estás tan angustiado que lo único que te apetece es salir corriendo. Esto es un caldo de cultivo perfecto para terminar dejándolo y aplazando el estudio para el día siguiente una y otra vez.
Paso 2: a dos días del examen:
Toma de conciencia: "¡¡Es imposible preparar esta asignatura en dos días!!"
Sensación de culpabilidad: "
Diosssss, debí haber estudiado al día, debí haber ido a clase, debí haber leído todo, debí...."
En esta situación el estudiante ya SABE que el fracaso sólo es cuestión de tiempo. En dos días pasará una de dos cosas: o suspenderá (y con una nota muy baja además) o "no presentado".
Paso 3: fin de la angustia:
Ante esta situación angustiante y que parece durar muchísimo, el estudiante, que se siente muy mal por haber dejado que las cosas llegaran a este punto, decide tirar la toalla: no irá al examen.
Esta decisión le duele, y le causará un bajón durante al menos unos días; pero permite disipar la angustia.
Este es un mecanismo de fracaso. No tiene que ver con el talento o con la inteligencia, sino con el hecho de haber desarrollado angustia. Esa angustia impide trabajar, impide concentrarse y está transmitiendo continuamente la sensación de que estás haciendo las cosas mal, o que estás perdiendo el tiempo.
La forma de salir de esta situación sería, aunque parezca lo contrario, ¡quitarle importancia a los exámenes!.
La actitud a adoptar sería: "Bah mira, tío, voy a mirar los apuntes, solamente voy a empezar a LEER, y luego voy al examen...". Si el estudiante logra relajarse, si logra trabajar muchos días seguidos sin esa angustia horrible, el éxito llega. Probablemente apruebe todo lo que se proponga y en su entorno se creará una leyenda:
"No sé cómo hace fulanito, ¡tiene una suerte!, sólo estudia cuatro días y hala, ¡saca un notable!"
Rebatidme si no estáis de acuerdo