El suicidio es una "solución" para alguien acosado por graves deudas ya que, con la muerte, sus responsabilidades penales personales por delitos que el suicida haya cometido, quedan extinguidas; y como dije antes, las deudas que deje esta persona, no pasarán a sus herederos, siempre que éstos renuncien a la herencia. Y no vale decir que renuncian así de palabra, hay que renunciar formalmente ante notario, y cuanto antes, porque de lo contrario, los acreedores pueden entender que los herederos han aceptado "tácitamente" la herencia e irán a por ellos.
Ahora bien, si los herederos conocen con exactitud el patrimonio del fallecido, y piensan que una vez pagadas las deudas, aún les queda dinero y patrimonio, podrían aceptar la herencia a beneficio de inventario; pero es un gran riesgo si no es así, ya que al pasar a ellos las deudas, los acreedores pedirán que se les embargue a los herederos que hayan aceptado la herencia, su patrimonio, y sus cuentas, para responder del agujero que dejó el fallecido.
Así que a menos que tengan muy claro lo que dejó el fallecido lo más seguro sería renunciar a la herencia, además ante notario, para que los acreedores no puedan ir contra ellos.
Durante el Crack de 1929 y la Gran Depresión hubo muchos suicidios de financieros e inversores.