Es una de las cosas más ridículas que he visto en años. Es exagerado el volumen de márketing que está generando ese muchacho y la bajísima calidad de mismo. Pero bueno, en una sociedad como esta es lo menos que se puede esperar. Lo gracioso es que cómics como este salían hace años en las contraportadas de álbumes Olé, como los GELATIBOYS de Royal. Increíble, no avanzamos.