Es impropio de un periodista formado utilizar esa clase de calificativos para referirse a figuras públicas que pueden concitar rechazo, incluso una dura crítica por utilizar la sexualidad de forma tan obscena, pero que en definitiva son mujeres que con todo el malgusto y las actitudes nocivas que difunden hacia la juventud merecen por lo menos respeto. Llamar "putón" a chicas jóvenes por muchas críticas que se merezcan no es de profesionales serios, ni de periódicos que intentan parecer serios. El lenguaje permite un sinfín de adjetivos sin tener que enfargarse en el insulto sensacionalista. Claro que hay que tener un poco de cultura y letras para ello.