En absoluto, en plataformas móviles el negocio está en los precios irrisorios para que pique hasta a quien no le interesan los videojuegos.
Sin embargo, en plataformas orientadas a jugadores es mucho más fácil que los juegos de 2-3€ pasen rápidamente a costar 5-10€ y los que cuestan 5-10€ pasen a costar 20-30€. Y las excusas, las de siempre: que si tenemos que pagar licencias, que si los costes de mantenimiento de los servidores de descarga, que si el coste de desarrollo se ha disparado con la nueva generación...
Vamos, que el modelo de descarga digital futuro no tiene por qué ser como el que hay actualmente en PC o en teléfonos móviles, y ahí tienes a Sony y Microsoft con los precios de sus tiendas online para hacerte una idea de por donde van a ir los tiros según avance la cosa. Y es una pena, porque con precios baratos se termina comprando por comprar de lo más gustosamente posible aún pagando por juegos que no sabes si llegarás a jugar algún día, lo cual no deja de ser tremendamente beneficioso para la empresa.