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Narankiwi escribió:Que las mariposas acaban desapareciendo. Que el enamoramiento se transforma (o no) en algo más profundo, menos intenso, pero que compensa de otras maneras.
Vamos, que el enamoramiento pasa sí o sí, y no es señal de que una relación se tenga que acabar ni mucho menos. En esos casos, las parejas no durarían más allá de año y pico.
Flash78 escribió:Sobre lo de tus amigos puede ser que la monotonía de hacer siempre lo mismo haga que al final se cansara o dejaran de tener atracción sexual por la pareja. Cada caso es un mundo pero toda relación tiene unas fases y hay quien solo disfruta con la primera y por eso se cansan rápidamente.
inerttuna escribió:Yo lo que creo es bien sencillo. Por muchas mariposas ni pollas que haya en el estómago, si esa pareja no estaba destinada a estar junta, se separarán tarde o temprano. Los que realmente se "quieren" (hoy en día MUY pocos), estarán juntos, ya se haya aletargado ese sentimiento, monotonizado, borrado, o lo que sea, pero sabrán superponer su amor o ganas de estar juntos sobre lo demás.
Hoy en día la gente se cansa MUY fácilmente en las relaciones, siempre se quiere más (una pena).
Saludos.
Mello escribió:El encaprichamiento desaparece, la sensación de novedad desaparece. Pero no el amor, al menos como yo lo entiendo. El querer estar todo el día con esa persona, desearla, sentirte afortunado por despertar cada día a su lado... para mí eso es mil veces más bonito que la etapa de las mariposas, por mucho que aquella etapa también tenga su encanto.
Eso sí, para que la etapa posterior siga mereciendo la pena, hay que mantener viva la llama. La pasión y el amor no se generan solos y duran eternamente. Puedes plantar un hermoso jardín, que si no lo riegas se va a marchitar antes o después. Con las relaciones pasa algo similar y no tiene nada que ver con el fin de la etapa de las mariposas.
PeSkKoLL escribió:Me gusta la pregunta.
Las mariposas, sí, acaban desapareciendo y el error que cometemos en muchas ocasiones (yo mismo lo he hecho) es creer que por que ya no están esas mariposas, ya no quieres tanto a tu pareja, las mariposas, se cambian por otro tipo de sensaciones que son las que realmente nos llenan, esa confianza plena y esa comodidad junto a la otra persona es lo que realmente vale en una relación, dejando a parte el sexo.... que, es importantísimo también.
Como decía, en ocasiones nos equivocamos, yo mismo, he descuidado un poco a mi pareja durante un tiempo, pero por culpa de mi descuido casi la pierdo, jamás habría imaginado que la necesito tanto, ahora sé que sin ella, no sería ni la mitad de quien soy, digamos que ese toque de atención me hizo espabilarme.
Realmente pienso que el amor consolidado y fuerte tiene esa peculiaridad, en ocasiones es inapreciable, pero cuando ves que puedes estar sin él, te das cuenta de cuanto lo necesitas, vamos.... lo que se dice siempre, "Nunca te das cuenta de cuanto necesitas algo, hasta que lo pierdes", o en este caso, hasta que le ves las orejas al lobo.
PeSkKoLL escribió:Me gusta la pregunta.
Las mariposas, sí, acaban desapareciendo y el error que cometemos en muchas ocasiones (yo mismo lo he hecho) es creer que por que ya no están esas mariposas, ya no quieres tanto a tu pareja, las mariposas, se cambian por otro tipo de sensaciones que son las que realmente nos llenan, esa confianza plena y esa comodidad junto a la otra persona es lo que realmente vale en una relación, dejando a parte el sexo.... que, es importantísimo también.
Como decía, en ocasiones nos equivocamos, yo mismo, he descuidado un poco a mi pareja durante un tiempo, pero por culpa de mi descuido casi la pierdo, jamás habría imaginado que la necesito tanto, ahora sé que sin ella, no sería ni la mitad de quien soy, digamos que ese toque de atención me hizo espabilarme.
Realmente pienso que el amor consolidado y fuerte tiene esa peculiaridad, en ocasiones es inapreciable, pero cuando ves que puedes estar sin él, te das cuenta de cuanto lo necesitas, vamos.... lo que se dice siempre, "Nunca te das cuenta de cuanto necesitas algo, hasta que lo pierdes", o en este caso, hasta que le ves las orejas al lobo.