Esta serie a mí me ha marcado. No sé si marcado es la palabra, pero sí me ha llegado a un nivel emocional y de empatía inigualable con otras series. Para mí se ha convertido en un referente, pero es algo muy personal, y no se la recomendaría, de entrada, a nadie.
Esta serie no puede ser nunca un producto de masas. Nunca tendrá popularidad. Porque no todo el mundo tiene la empatía para conectar emocionalmente con ella, ni está tan roto como para poder manejar todo lo que te plantea.
De alguna forma, es un compendio de filosofía sobre el ser humano. Te expone a quemarropa y te hace reflexionar sobre tus convicciones más esenciales como ser humano: amor, odio, incomprensión, fe y religión, duelo, familia, necesidad de encontrar explicación a lo que nos pasa, relación padres hijos, salud mental, propósito, perdón, alegría, vacío, hastío, suicidio, esperanza... Incluso, felicidad.
Es una experiencia muy personal. Y si debates de ella con alguien que haya sabido apreciarla, podréis no estar de acuerdo en determinadas lecturas. Pero sabréis que enfrente tenéis a alguien especial por saber apreciarla.
Así la percibo yo en 4 párrafos, vamos. Pero da para largas conversaciones paseando, tardes de café, domingos tontos y sobremesas de las que hacen afición.
PD: La terminé el día antes de juego de tronos, y adivinad sobre cuál de las dos llevo varios días reflexionando.