Terminada la primera temporada, empezaré la segunda. No me ha defraudado en absoluto. Goza de muchas virtudes, y aunque a algunos no les guste el rapidísimo ritmo con el que los acontecimientos se suceden, lo cierto es que te mantiene pegado al asiento. No es comparable con juego de tronos, no lo creo. Esta serie se basa en mitad historia y mitad leyenda, la otra bebe de una saga de literatura ficticia muy densa, muy holista, pretende abarcar tanta materia que su debilidad es confundirte. En vikingos es precisamente todo lo contrario.
En mi opinión, lo mejor, como historiador, es el enfoque religioso que tiene. El choque de culturas pero sobre todo de religiones y creencias, entre el cristiano y el nórdico es fabuloso.