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Ord, Sega Fans escribió:Reina y Kei son una pareja de amigos, ambos científicos, que se dirigen a una paradisíaca isla a pocas millas de la costa. En ella vive la familia Macferson, Ernest, el padre, es un eminente investigador y mantiene una particular relación casi paterno-filial con Reina; Christy, la hija, es una amiga de la infancia de Kei a la que éste desea volver a ver. Nada más poner pie a tierra en la isla y acceder al edificio en el que Ernest tiene su oficina, ven un gran charco de sangre en el hall... Es el comienzo de una aventura de imprevisibles consecuencias, ni los visitantes ni la familia Macferson saldrán indemnes de ella.
La principal duda que asalte en primera instancia a un jugador que estrene Seven Mansions posiblemente verse sobre el origen de esos acusadísimos bordes dentados que "lucen" sus gráficos. Dadas las facilidades que el hardware de Dreamcast otorgaba para disimular este defecto, la probabilidad de que el auténtico problema fuera que el juego estaba programado a una resolución inferior a la habitual en los títulos de la consola de la espiral parece ganar enteros; de todos modos no es tan importante la causa como el efecto, extraordinariamente antiestético y ya erradicado en la práctica totalidad del catálogo de la máquina. Exceptuando esta tara, técnicamente es un título resuelto de forma aceptable, sin brillantez, con la salvedad de alguna que otra animación que flojea más de la cuenta. Los modelados son correctos, al igual que los escenarios, que están provistos de cierto nivel de detalle, y las texturas que salen bien del paso. Por otro lado, se ha intentando ser "innovador" en el diseño de los enemigos y la verdad, no parece que hayan acertado, a la larga se acaba echando de menos los típicos clichés de zombis, monstruos deformes y pueblerinos locos.
A diferencia de lo que sucede en la mayoría de juegos, la música tan solo hace acto de presencia de forma puntual durante la aventura. Estas esporádicas apariciones son bastante afortunadas y ayudan a que el jugador se mantenga en tensión. El doblaje es bastante bueno, aunque tal vez esté ligeramente por debajo de lo que se espera de la afamada escuela japonesa.
Seven Mansions ofrece la posibilidad de afrontar la aventura en solitario o bien en colaboración con otro jugador. Si la escogida es la primera opción simplemente se ha de seleccionar a Reina o a Kei como personaje controlable (el otro lo dirigirá la CPU cuando sea necesario) y disponerse a comenzar la partida. En esta modalidad hay tres vistas diferentes, una subjetiva y dos en tercera persona, una con la cámara constantemente tras la espalda del protagonista y otra que combina cámaras fijas y móviles, en lo que presumiblemente intenta ser una mejora del tradicional sistema de cámaras de los Resident Evil pero que consigue todo lo contrario. Poca ayuda se puede esperar del personaje manejado por la consola, de hecho en ocasiones parecerá ser un ferviente seguidor de la "resistencia pasiva" y ni tan siquiera se defenderá a sí mismo, lo que dificulta en grado sumo ciertas confrontaciones ya de por sí poco asequibles debido a una respuesta del control poco fiable.
En el modo cooperativo dos jugadores manejarán de forma simultánea a Reina y Kei. Existen dos formas distintas de visualizar la acción, la que posiblemente es más recomendable es la que hace un uso permanente de la pantalla partida y de la visión subjetiva. La otra opción mezcla lo anteriormente mencionado con una perspectiva en tercera persona sin división del monitor cuando ambos personajes están dentro del ángulo de cámara que corresponda, los constantes cambios de punto de vista y, en consecuencia, de control hacen esta alternativa poco atractiva. En el transcurso de este modo no hay ningún inconveniente en que ambos personajes estén en distintas habitaciones de una mansión, cada uno puede buscar un objetivo determinado sin ningún problema, eso sí, para salvar partida es imperativo que Reina y Kei estén próximos a un punto de guardado.
Esta incursión de Koei en los "survival horror" pasó en su día sin pena ni gloria por el mercado japonés y no se puede decir que de forma injusta. En líneas generales resulta un juego "plano", que apenas aporta nada al género, se limita a seguir las convenciones que se han ido estableciendo a lo largo de los años, exceptuando el modo cooperativo del que juegos como Obscure tanto partido han sabido sacar. Seven Mansions será un título a considerar sólo si se tiene una extrema curiosidad por probar su multijugador, aunque las virtudes de éste radican más en la novedad que supone que en su calidad propiamente dicha.