Sin rosas
Era triste la canción que escuchaba al pensar en nosotros dos,
y escribía de corazón lo que no era capaz de decirte al oido, amor.
Sólo sé que dejó un vacío mi cama de noventa por uno ochenta, en hotel Panamá
y, dos whiskies cada hora y media
y, el desdén de una maleta sin deshacerse de la ropa.
Te quería decir algo de mi amigo Sabina, pero no viajé tanto ni tan lejos,
y donde nace el sentido más errado del sentido amor que siento,
hay un balcón con vistas a tu escote y, una escalera de incendios
para cuando prenda la cocina intentando sorprenderte, con un plato de gourmet.
Pero amanece como tantos otros días, sin tu pelo despeinado,
sin tus buenos días,
sin miradas a tu sombra mientras te peinas ante el espejo,
sin café de despedida, ni tampoco besos al llegar del trabajo.
Sin rosas por nuestro aniversario,
ni tampoco historias que contar a nuestros nietos por fiestas de guardar.
Las calles de mi ciudad no las nombran los poetas ajenos, en sus versos,
ni siquiera cuando salen de su propia cárcel de soledad.
Y en una terraza tomando el vermú, miran a las chicas guapas pasar,
de camino al rabillo de sus ojos,
donde sus lágrimas aún mojan el mismo andén, donde siempre añoran el mismo tren.
Te quería regalar este paisaje de azoteas y ruido de aeropuerto,
pero ya hubo quien te regaló primero las alas para alzar el vuelo.
Te quería regalar este poema de galán y vagabundo de cajero,
pero ya hubo quien te regaló las rosas que no crecen en mi callejón hasta enero.
Me adolece esta distancia que se ha hecho de la nada más absurda.
Me pesa el sentir apresurado que se pierde tan despacio.
Me falta que mis palabras te den los tres centímetros de altura
que me faltan para gustarte, aunque a ti te sobren tres para darme muerte.
Pero amanece como tantos otros días, sin tu maquillaje en mis labios,
sin tu ropa interior al lado de la mía,
sin peleas por el mando del televisor.
Sin dudas cuando te suena el móvil, ni tampoco mentiras piadosas.
Sin macetas donde estropearnos,
ni tampoco lista de la compra donde te falte por apuntar mi ración de amor.
bueno aquí se apagó la inspiración.
