Pues creo que hay varios aspectos determinantes...
Por un lado, que sea la obra "finitta" de Kenji Eno y ésó ya levanta cierto interés por el juego. A mi parecer, los juegos bajo la mano de Warp no pueden presumir de una calidad de esas que te dejan con la boca abierta (a mi parecer, salvo aquel "D"...) Sin embargo, cuentan con guioines que, aunque a veces no sean demasiado originales (alienígenas, mutantes...), sí que están lo suficientemente "trabajados" para que te involucres perfectamente en la historia. Un ejemplo que se me ocurre es "Enemy Zero". Es un juego en el que la interación no es que sea para tirar cohetes, pero tenía un "algo" que no me hacía dejarlo (hasta que me atasqué en el cuarto disco, je je je) Como digo, ese "algo", parece ser la ambientación y ese guión bien elaborado.
Y si me dejáis ir un poco más lejos, un detalle clave dentro de esa ambientación, es la forma en la que Warp juega con lo moral y con los sentimientos humanos. No escatima en descuartizar sin compasión a un personaje cercano al protagonista (casi coprotagonista), ni en incluir escenas "de impacto". Más o menos como haría Quentin Tarantino en el cine, que ya tiene un estilo muy marcado.
Y por último, centrándome en "D2", está claro que el hecho de haber sido el primer juego presentado para Dreamcast, su baja valoración en Japón (aquí no tanto) y Estados Unidos, y que no haya llegado a Europa (sobretodo ésto), ya lo convierten en juego de culto. Ahí está "Puyo Puyo Fever" y otros que, de haber salido hace unos años, no habría dejado de ser un juego más al que muy pocos hubieran prestado atención.
Saludos.