@Elelegido Barcelona está llena de asiáticos inmigrantes y nadie habla mal de ellos (al nivel de otros grupos de los que si se habla mal). También se habla mal de los grupos de españoles que han emigrado a otros lados.
Para mi le conclusión es clara, la cultura que hemos mamado (y que ha sido fuertemente condicionada por el tipo de religión) nos ha trasformado en un tipo de sociedad bastante asquerosa en el respeto a los espacios públicos y el individualismo.
Si con el hilo pretendías indicar que la inmigración es pontencialmente peligrosa a causa de la cultura con la que puedan llegar los inmigrantes yo te respondo que como sociedad ya damos bastante asco sin necesidad de que vengan inmigrantes, dudo mucho que puedan empeorar la sociedad que ya tenemos, más bien pienso que pueden mejorarla.
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Con respecto al Sureste Asíatico y los extranjeros. Como he estado mucho comento una anécdota.
Contexto:
En Camboya he estado en 2013, 2014, 2015 y 2016, y he visto una evolución significativa hacia mejor en cuanto al estado de su población, de una situación incluso de miseria en muchas zonas generalizadas hacia una situación de simple pobreza (la diferencia entre miseria y pobreza para mí es cuando se rebasa la frontera de no tener asegurada la alimentación diaria y un techo).
En 2013 recuerdo encontrarme por las calles de Phnom Penh familias durmiendo en la calle en la acera, grupos de 10 o más niños caminando por la ciudad descalzos y con heridas en la cara de no tener ni buena alimentación ni acceso a buena sanidad o incluso (lo más probable) el abuso de drogas baratas.
y en el mismo día al salir de una zona turística y acercarme a un pequeño supermercado (tipo 7/11) lleno de occidentales por su cercanía a la zona turística, ver en la puerta del super que se había puesto un chico Español con rastas a tocar una flauta y con un cartel de cartón el cual rezaba que "su nombre era Jordi" y pedía limosna para "continuar su aventura por el Sureste Asiático" escrito en inglés.
Al pasar por su lado le dije en perfecto castellano "tu lo que eres es gilipollas". El tipo se quedó sorprendido y yo continué mi camino al interior de la tienda. Mientras compraba yo pensaba (¿es que acaso este idiota no se da cuenta que los recursos que puedan venir del turismo este país los necesita para sus habitantes mucho más de lo que pueda necesitarlos él para tener su "experiencia vital" ?) Por suerte cuando salí de la tienda el tipo ya estaba marchándose, ignoro si alguien más o la policía lo había echado.
Supongo que si lo mismo lo hubiese visto en 2016 no me hubiese sentado tan mal, pues no ví tantas penurias en la gente como en años anteriores, pero aún así, hay que ser tonto de remate para irte a un país del tercer mundo a pedir limosna como si pedir fuera un juego ya que no tenías necesidad viviendo en España y trivializando la situación por la que pasa la situación local de algunos países .