Por desgracia -subrayo lo de que es una desgracia- los "llorones" y las "lloronas" en el ámbito de la música siempre tienen éxito. Al menos el suficiente para continuar haciendo lo mismo.
Los artistas deberían plantearse si vale la pena emplear su valiosa creatividad en crear una canción triste o si sería mejor hacer otra que hiciese a la gente sentir alegría. Sé que lo segundo es más difícil. Por eso hay tantos llorones y lloronas, que son francamente pesad@s, pero fijaos cómo cuando alguien echa la llorada en una canción, enseguida dicen que es un tío sensible, y qué sentimiento, y blablabla. ¡Falso! Echar la llorada en una canción es una técnica mediocre. Lo verdaderamente sublime es hacer que una persona triste, sienta alegría, gracias a una canción.