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Theodore "Ted" John Kaczynski, Doctor en Filosofía (entre otros títulos) por la U. de Harvard, pasó a ser conocido por el sobrenombre de "UNABOMBER" por, en su empeño por "acabar con la sociedad industrial", envíar artefactos explosivos a universidades y aerolíneas, llevándose por delante 3 vidas e hiriendo de diversa gravedad a otras 23 personas.
Tras su detención, se le imputarán 10 cargos de transporte, envío por correo y uso de bombas y 3 cargos de asesinato, lo que le acarreará una pena de 8 cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional, pena que está cumpliendo en la prisión de máxima seguridad de Florence, Colorado, donde ha seguido publicando libros y ensayos. (incluyendo una revisión del famoso "Manifiesto" en la que no hace ninguna mención al uso de violencia)
La versiones del texto accesibles a través de la red están incompletas y contienen numerosos errores.**
Alston Chase informó en The Atlantic que el texto "fue recibido en 1995 por muchas personas reflexivas como una obra de genio, o al menos profunda, y bastante cuerdo"
El profesor de ciencias políticas de UCLA James Q. Wilson fue mencionado en el manifiesto; escribió en The New Yorker que la sociedad industrial y su futuro era "un artículo cuidadosamente razonado y artísticamente escrito, si es obra de un loco, entonces los escritos de muchos filósofos políticos son apenas más cuerdos".
David Skrbina, profesor de filosofía en la Universidad de Michigan y ex candidato del Partido Verde a gobernador de Michigan, ha escrito varios ensayos en apoyo de las ideas de Kaczynski, uno que se titula "Un revolucionario para nuestro tiempo". Paul Kingsnorth, ex subdirector de The Ecologist y cofundador de The Dark Mountain Project, escribió un ensayo para la revista Orion en el que describió los argumentos de Kaczynski como "preocupantemente convincentes" y afirmó que "puede cambien mi vida".
24. Los psicólogos usan el término «socialización» para designar el proceso por el cual los niños son entrenados para pensar y actuar como demanda la sociedad. Se dice que una persona está bien socializada si cree y obedece el código moral de su sociedad y encaja bien como parte del funcionamiento de ésta.
33. Los seres humanos tienen una necesidad (probablemente basada en la biología) por algo que llamaremos el «proceso de poder». Esto está estrechamente relacionado a la necesidad de poder (la cual está ampliamente reconocida) pero no es exactamente la misma cosa. El proceso de poder tiene cuatro elementos. Los tres más claramente delineados los llamamos finalidad, esfuerzo y logro de la finalidad. (Todo el mundo necesita tener finalidades cuyo logro requiera esfuerzo, y necesita triunfar logrando al menos alguna de sus finalidades). El cuarto elemento es más difícil de definir y puede que no sea necesario para todos. Lo llamamos autonomía y lo discutiremos más tarde (párrafos 42-44).
34. Consideremos el caso hipotético de un hombre que pueda tener todo lo que quiera simplemente deseándolo. Tal hombre tiene poder, pero desarrollará problemas psicológicos serios. Al principio tendrá mucha diversión, pero conforme siga estará agudamente aburrido y desmoralizado. Eventualmente puede convertirse en clínicamente deprimido. La historia nos enseña a esos aristócratas ociosos, que tienden a convertirse en decadentes. Esto no es cierto en aristócratas luchadores que tenían que esforzarse para mantener su poder. Pero los aristócratas ociosos y seguros, que no tenían necesidad de esforzarse, normalmente se convertían en aburridos, hedonistas y desmoralizados, incluso aunque tuvieran poder. Esto muestra que el poder no es suficiente. Uno debe tener finalidades hacia las que ejercitarlo.
35. Todos tenemos finalidades; si no hay nada más, obtener las necesidades de vida: comida, agua y cualquier vestido y refugio que sean necesarios por el clima. Pero los aristócratas ociosos obtienen estas cosas sin esfuerzo. La consecuencia de ello es su aburrimiento y desmoralización.
36. El no lograr finalidades importantes conlleva la muerte, si estas son necesidades físicas, y la frustración, si son compatibles con la supervivencia. Consecutivas derrotas al intentar alcanzarlas a lo largo de la vida resulta en derrotismo, baja autoestima o depresión.
37. Así, con objeto de eludir problemas psicológicos serios, el ser humano necesita finalidades cuyo logro requiera esfuerzo, y debe tener un éxito razonable consiguiéndolas.
38. Pero no todo aristócrata ocioso se convertía en aburrido y desmoralizado. Por ejemplo, el emperador Hirohito, en vez de hundirse en un hedonismo decadente, se volvió un apasionado de la biología marina, un campo en el que se distinguió. Cuando la gente no tiene que esforzarse en satisfacer sus necesidades físicas a menudo crean finalidades artificiales para ellos mismos. En muchos casos persiguen estas finalidades con la misma energía y compromiso emocional que hubieran puesto de otro modo en buscar sus necesidades físicas. Así, los aristócratas del Imperio Romano tenían sus pretensiones literarias, muchos aristócratas europeos hace pocos siglos invertían mucho tiempo y energía en cazar, siendo que no necesitaban la carne, otros aristócratas rivalizaban por la posición social a través de elaborados despliegues de riqueza, y unos pocos aristócratas, como Hirohito, han girado hacia la ciencia.
39. Usamos el término «actividad sustitutoria» para designar una actividad que persigue directamente una finalidad artificial que la gente ensalza para ellos mismos meramente con objeto de tener alguna finalidad por la que trabajar, o, dejadnos decir, meramente por la razón de la satisfacción que consiguen al perseguir dicha finalidad. He aquí una regla fácil para la identificación de actividades sustitutorias. Dada una persona que dedica mucho tiempo y energía a la persecución de la finalidad X, pregúntate esto: ¿si tuviera que dedicar la mayoría de su tiempo y energía a satisfacer sus necesidades biológicas, y este esfuerzo le requiriera usar sus posibilidades físicas y mentales de un modo variado e interesante, se sentiría privado seriamente por no alcanzar la finalidad X? Si la respuesta es no, entonces la persecución de la finalidad X es una actividad sustitutoria. Los estudios de Hirohito de biología marina constituyen claramente una actividad sustitutoria, ya que es bastante seguro que si Hirohito tuviera que invertir su tiempo trabajando en tareas interesantes no científicas con objeto de obtener las necesidades de vida, no se hubiera sentido privado por no saber todo acerca de la anatomía y los ciclos de vida de los animales marinos. Por otro lado, la persecución del sexo y del amor (por ejemplo) no es una actividad sustitutoria, porque mucha gente, incluso si su existencia fuera de otro modo satisfactoria, se sentirían privados si pasaran sus vidas sin tener nunca una relación con un miembro del sexo opuesto. (Pero perseguir una cantidad excesiva de sexo, más de lo que uno necesita realmente, puede ser una actividad sustitutoria).
40. En la sociedad industrial moderna sólo es necesario un mínimo esfuerzo para satisfacer las necesidades físicas propias. Es suficiente el atravesar un programa de entrenamiento para adquirir alguna pequeña escala técnica, después llegar al trabajo puntal y ejercer un esfuerzo muy modesto para mantenerlo. Los únicos requisitos son una cantidad moderada de inteligencia y, la mayor parte de todo, simple OBEDIENCIA. Si uno tiene esto, la sociedad se ocupa de ti desde la cuna hasta la sepultura. (Sí, hay una clase baja que no puede garantizarse las necesidades físicas, pero aquí estamos hablando de la corriente principal de la sociedad). Así, no es sorprendente que la sociedad moderna esté llena de actividades sustitutorias. Esto incluye el trabajo científico, las proezas atléticas, la creación artística y literaria, el ascender el escalón corporativo, la adquisición de dinero y bienes materiales más allá del punto que dejan de dar satisfacciones físicas adicionales. Estas no son siempre actividades sustitutorias puras, desde que para mucha gente pueden ser motivadas en parte por otras necesidades que la necesidad de tener alguna finalidad que perseguir. El trabajo científico puede estar en parte motivado por un impulso de prestigio, la creación artística por una necesidad de expresar sentimientos. Pero para mucha gente que las persigue estas actividades son a la larga parte de actividades sustitutorias. Por ejemplo, la mayoría de los científicos estarán de acuerdo probablemente en que la autorrealización que adquieren de sus trabajos es más importante que el dinero y el prestigio que ganan.
41. Para alguna, si no para mucha gente, las actividades sustitutorias son menos satisfactorias que el perseguir finalidades reales (éstas son finalidades que la gente querría alcanzar incluso si la necesidad del proceso de poder estuviera ya realizada). Una muestra de esto es el hecho de que, en muchos o en la mayor parte de los casos, la gente que está profundamente comprometida en actividades sustitutorias no está nunca satisfecha. Así el que hace dinero se esfuerza constantemente por obtener más y más riqueza. El científico tan pronto como ha resuelto un problema se mueve al siguiente. El corredor de larga distancia se impulsa a correr más lejos y más rápido. Mucha gente que persigue actividades sustitutorias dirá que consigue más satisfacción de estas actividades del que consiguen de los negocios «mundanos» de satisfacer sus necesidades biológicas, pero esto es porque en nuestra sociedad el esfuerzo necesario para satisfacer las necesidades biológicas ha sido reducido a la trivialidad. Más importante, en nuestra sociedad la gente no satisface sus necesidades biológicas AUTÓNOMAMENTE ya que funcionamos como parte de una inmensa máquina social. En contraste, la gente tiene generalmente bastante autonomía persiguiendo sus actividades sustitutorias.
42. La autonomía como parte del proceso de poder puede que no sea necesaria para todas las personas. Pero mucha gente necesita un grado mayor o menor de autonomía al trabajar por sus finalidades. Su esfuerzo debe ser tomado por su propia iniciativa y debe estar bajo su propia dirección y control. Sin embargo mucha gente no tiene que ejercer esta iniciativa, dirección y control como personas individuales. Normalmente basta con actuar como miembro de un grupo PEQUEÑO. Así si media docena de personas discuten una finalidad y hacen un esfuerzo exitoso unidas para alcanzarla, su necesidad por el proceso de poder estará cumplida. Pero si trabajan bajo órdenes rígidas que no les dejan espacio para decisiones autónomas e iniciativa, entonces su necesidad por el proceso de poder no estará cumplida. Lo mismo ocurre cuando las decisiones están tomadas en bases colectivas, si el grupo que toma las decisiones es tan grande que el papel de cada persona es insignificante. Se puede argumentar que la mayoría de la gente no quiere tomar sus propias decisiones y quieren jefes para pensar por ellos. Hay un elemento de verdad en esto. La gente quiere tomar sus propias decisiones en pequeños asuntos, pero tomar decisiones en problemas difíciles y fundamentales requiere encararse con conflictos psicológicos, y la mayoría de la gente los odia. Por consiguiente tienden a apoyarse en otros para tomar decisiones difíciles. La mayoría de la gente son seguidores naturales, no jefes, pero quieren tener acceso directo y personal a sus jefes y participar en cierta extensión en la toma de decisiones difíciles. Pero no se sigue que les guste que les impongan decisiones sin tener oportunidad de influir en ellas. Al menos a ese nivel necesitan autonomía.
43. Es cierto que algunas personas parecen tener poca necesidad de autonomía. Su impulso por el poder es débil o lo satisfacen identificándose con alguna organización poderosa a la cual pertenecen. Y entonces hay irreflexivos, tipos de animal que parecen estar satisfechos con un sentido puramente físico de poder (el buen soldado de combate, que obtiene su sentido de poder desarrollando habilidades de lucha que está bastante contento de usar en obediencia ciega a sus superiores).
44. Pero la mayoría de la gente pasa a través del proceso de poder teniendo una finalidad, haciendo un esfuerzo AUTÓNOMO y alcanzándola adquiere esa autoestima, autoconfianza y un sentido de poder. Cuando uno no tiene oportunidades adecuadas para pasar a través del proceso de poder, las consecuencias son (dependiendo de la persona y de la manera en que el proceso de poder se ha desorganizado) aburrimiento, desmoralización, baja autoestima, sentimientos de inferioridad, derrotismo, depresión, ansiedad, culpabilidad, frustración, hostilidad, abuso del cónyuge y de niños, hedonismo insaciable, conducta sexual anormal, desórdenes del sueño, desórdenes alimenticios, etc.
45. Cualquiera de los síntomas precedentes pueden ocurrir en cualquier sociedad, pero en la sociedad industrial moderna están presentes en una escala masiva. No somos los primeros en mencionar que hoy el mundo parece estar volviéndose loco. Esta clase de cosas no son normales en sociedades humanas. Hay buenas razones para creer que el hombre primitivo sufría menos tensión y frustración y estaba más satisfecho con su forma de vida de lo que está el hombre moderno. Es cierto que en las sociedades primitivas no todo era un camino de rosas. El abuso a las mujeres era común entre los aborígenes australianos, por ejemplo. Pero parece que HABLANDO EN GENERAL la clase de problemas que hemos nombrado en el párrafo precedente eran mucho menos comunes entre las personas primitivas de lo que lo son en la sociedad moderna.
46. Atribuimos los problemas sociales y psicológicos de la sociedad moderna al hecho de que esta requiere gente que viva bajo condiciones radicalmente diferentes de aquellas bajo las cuales la raza humana se desarrolló y a maneras de comportarse que entran en conflicto con los patrones de comportamiento que desarrollaba mientras vivía bajo las condiciones iniciales. Queda claro por lo que ya hemos escrito que consideramos la falta de oportunidad de experimentar propiamente el proceso de poder como la más importante de las condiciones anormales a la que la sociedad moderna somete a la gente. Pero no es la única. Antes de proceder con el colapso del proceso de poder como el origen de los problemas sociales discutiremos algunos de los otros orígenes.
47. Entre las condiciones anormales presentes en la sociedad industrial moderna están la excesiva densidad de población, el aislamiento del hombre de la naturaleza, la excesiva rapidez del cambio social y el colapso de las comunidades naturales de pequeña escala tales como la familia prolongada, el pueblo o la tribu..
48. Es bien sabido que el hacinamiento incrementa la tensión y la agresión. El grado de hacinamiento que existe hoy y el aislamiento del hombre de la naturaleza son consecuencias del proceso tecnológico. Todas las sociedades preindustriales eran predominantemente rurales. La Revolución Industrial incrementó bastante las medidas de las ciudades y la proporción de los habitantes que en ellas vivían y la tecnología agrícola moderna ha hecho posible para la tierra soportar una densidad de población mayor de la que nunca hubo antes. (Además, la tecnología ha agravado los efectos del hacinamiento porque pone poderes desorganizadores incrementados en las manos de la gente. Por ejemplo, una variedad de aparato que haga ruido: un segador potente, radios, motocicletas, etc. Si el uso de estos aparatos no está restringido, la gente que quiere paz y silencio está frustrada por el ruido. Si el uso está restringido, la gente que usa los aparatos está defraudada por las regulaciones. Pero si estas máquinas no hubieran sido inventadas nunca hubiera habido conflicto y frustración generado por ellas).
49. Para las sociedades primitivas el mundo natural (que normalmente cambiaba sólo despacio) proporcionaba un armazón estable y por eso una sensación de seguridad. En el mundo moderno es la sociedad humana la que domina la naturaleza al contrario que antes, y la sociedad moderna se transforma muy rápidamente debido al cambio tecnológico. Así que no hay un armazón estable.
50. ¡Los conservadores son unos mentecatos! Se quejan de la decadencia de los valores tradicionales y sin embargo soportan con entusiasmo el progreso tecnológico y el crecimiento económico. Aparentemente nunca se les ha ocurrido que no puedes hacer cambios rápidos y drásticos en la tecnología y en la economía de la sociedad sin causar cambios rápidos en todos los otros aspectos de esta, y que esos cambios rápidos inevitablemente rompen los valores tradicionales.
53. El hacinamiento, el cambio rápido y la descomposición de las comunidades han sido ampliamente reconocidos como orígenes de los problemas sociales, pero no creemos que sean suficiente para relacionar la amplitud de los problemas que hoy vemos.
54. Unas pocas ciudades preindustriales eran muy grandes y hacinadas, sin embargo sus habitantes no parecían sufrir problemas psicológicos en la misma extensión que el hombre moderno. Hoy todavía hay en América áreas rurales que no están hacinadas, y encontramos allí los mismos problemas que en las áreas urbanas, aunque tienden a ser menos agudos en las áreas rurales. Así el hacinamiento no parece ser el factor decisivo.
57. Argumentamos que la diferencia es que el hombre moderno tiene la sensación (largamente justificada) de que el cambio se le IMPONE, mientras que el "hombre del Oeste norteamericano" del siglo XIX tenía la sensación (también largamente justificada) de que creó el cambio por sí mismo, por su propia elección. Así el pionero arraigado en un pedazo de tierra bajo su propia elección y convirtiéndolo en granja por su propio esfuerzo. En aquellos días un condado entero podía tener sólo unos cuantos cientos de habitantes y estaba mucho más aislado y tenía más entidad autónoma que un condado moderno. Por tanto el pionero dedicado a la granja participaba como miembro de un grupo relativamente pequeño en la creación de una comunidad nueva y moderna. Uno puede preguntar con acierto si la creación de esta comunidad fue una mejora, pero en todo caso satisfacía la necesidad de los pioneros por el proceso de poder.
58. Sería posible dar otros ejemplos de sociedades en las que haya habido cambios rápidos y/o falta de lazos estrechos entre comunidades sin la clase de conducta masiva aberrante que vemos en la sociedad industrial actual. Afirmamos que la causa más importante de los problemas sociales y psicológicos en la sociedad moderna es el hecho de que la gente no tiene suficientes oportunidades de atravesar el proceso de poder de una forma normal. No queremos decir que la sociedad moderna es la única en la que el proceso de poder ha sido desorganizado. Probablemente muchas si no todas las sociedades civilizadas han interferido en el proceso de poder con una mayor o menor extensión. Pero en la sociedad industrial moderna el problema se ha hecho particularmente agudo.
59. Dividimos los impulsos humanos en tres grupos: (1) aquellos impulsos que pueden ser satisfechos con un esfuerzo mínimo; (2) aquellos que pueden ser satisfechos pero sólo con el coste de un esfuerzo serio; (3) aquellos que no pueden ser satisfechos adecuadamente, sin importar cuanto esfuerzo hagamos. Cuantos más impulsos haya en el tercer grupo habrá más frustración, cólera, eventualmente derrotismo, depresión, etc.
60. En la sociedad industrial moderna los impulsos humanos naturales tienden a ser desplazados al primer y al tercer grupo, y el segundo grupo tiende a consistir cada vez más en impulsos creados artificialmente.
61. En las sociedades primitivas, las necesidades físicas generalmente pertenecen al grupo 2: pueden ser obtenidas, pero sólo con el coste de un esfuerzo serio. Pero la sociedad moderna cuida el garantizar las necesidades físicas de todo el mundo a cambio de un mínimo esfuerzo, por tanto las necesidades físicas son desplazadas al grupo 1. Dejamos aparte a la clase baja, estamos hablando de la tendencia principal. (Puede haber desacuerdo sobre si el esfuerzo necesario para mantener un trabajo es «mínimo»; pero normalmente, en trabajos de grado medio o bajo, todo el esfuerzo que se requiere es meramente la obediencia. Te sientas o te levantas donde te ha sido dicho que lo hagas y haces lo que se te ha encargado de la manera que se te manda. Raramente tienes que esforzarte seriamente, y en cualquier caso escasamente tienes autonomía en el trabajo, así que la necesidad por el proceso de poder no está bien cumplida).
62. Las necesidades sociales, tales como el sexo, el amor y la posición social, a menudo permanecen en el grupo 2 en la sociedad moderna, dependiendo de la situación de la persona. Algunos científicos sociales, educadores, profesionales de la «salud mental», están haciendo lo imposible para desplazar los impulsos sociales al grupo 1 intentando hacer ver que todo el mundo tiene una vida social satisfactoria. Pero, excepto para las personas que tienen un impulso particularmente fuerte por la posición social, el esfuerzo requerido para complacer los impulsos sociales es insuficiente para satisfacer adecuadamente la necesidad por el proceso de poder.
63. Así se han creado ciertas necesidades artificiales a fin de que correspondan al grupo 2, por tanto sirven para la necesidad del proceso de poder. Se han desarrollado técnicas de publicidad y mercado para que mucha gente sienta que necesita cosas que sus abuelos nunca desearon o incluso soñaron. Requiere un serio esfuerzo el ganar suficiente dinero para satisfacer estas necesidades artificiales, por tanto corresponden al grupo 2. (Ver párrafos 80-82). El hombre moderno debe satisfacer su necesidad por el proceso de poder en gran parte a través de la persecución de necesidades artificiales creadas por la industria publicitaria y de mercado y a través de actividades sustitutorias. ¿Es el impulso por la adquisición ilimitada de bienes materiales una creación artificial de la industria de la publicidad y de mercado? Ciertamente no hay un impulso innato en el hombre por la adquisición de bienes materiales. Ha habido muchas culturas en las que la gente ha deseado pequeñas riquezas materiales más allá de lo que era necesario para satisfacer sus necesidades físicas básicas (aborígenes australianos, campesinos mejicanos de cultura tradicional, algunas culturas africanas). Por otro lado también ha habido muchas culturas preindustriales en las que la adquisición material ha tenido un importante papel. Por lo tanto no podemos pretender que la cultura de la adquisición, naciente hoy en día, es exclusivamente una creación de la industria de la publicidad y de mercado. Pero es claro que ésta ha tenido una parte importante en la creación de esta cultura. Las grandes corporaciones que gastan millones en publicidad no estarían invirtiendo esa cantidad de dinero sin pruebas sólidas de que la reembolsarán incrementando las ventas. Un miembro de FC conoció un par de años atrás a un director de ventas que fue lo suficientemente sincero como para decirle, «Nuestro trabajo es hacer que la gente compre cosas que no quiere ni necesita». Luego describió como un novato sin experiencia podía presentar las realidades de un producto, y no hacer ninguna venta en absoluto, mientras que un vendedor profesional entrenado y con experiencia hubiera hecho muchas ventas a la misma gente. Esto demuestra que ésta es manipulada para comprar cosas que realmente no quiere.
64. Parece ser que para alguna gente, puede que para la mayoría, estas formas artificiales del proceso de poder son insuficientes. Un tema que aparece repetidamente en los escritos de las críticas sociales de la segunda mitad del siglo XX es la sensación de la falta de objetivos que aflige a bastantes en la sociedad moderna. (Esta falta de objetivos es frecuentemente llamada «anomic» o «vacío de la clase media»). Sugerimos que la llamada «crisis de identidad» es actualmente una búsqueda del sentido de propósito, frecuentemente comprometido a una actividad sustitutoria conveniente. Puede que el *existencialismo sea en gran parte una respuesta a la falta de objetivos de la vida moderna.
66. Hoy en día la gente vive más por la eficacia de lo que el sistema hace POR ellos o PARA ellos que por la eficacia de lo que hacen por ellos mismos. Y lo que hacen por ellos mismos lo es cada vez más por los cauces establecidos por el sistema. Las oportunidades tienden a ser aquéllas que el sistema proporciona y éstas deben ser explotadas de acuerdo con las reglas y regulaciones, y se han de seguir las técnicas prescritas por los expertos, si ha de encontrarse una oportunidad de éxito.
Los esfuerzos de los conservadores por disminuir la cantidad de las regulaciones del gobierno son de escaso beneficio para el ser humano medio. Por un lado, sólo una fracción de éstas pueden ser eliminadas porque la mayoría son necesarias. Por otro lado, la mayoría de las regulaciones afectan a los hombres de negocios antes que a la persona media, por lo que el principal efecto es el de quitar poder al gobierno para dárselo a las corporaciones privadas. Lo que esto significa para el hombre medio es que la interferencia del gobierno en su vida es reemplazada por la interferencia de las grandes corporaciones, lo que puede ser permitido, por ejemplo, para verter más productos químicos que penetran en su suministro de agua y le producen cáncer. Los conservadores toman al hombre medio por un mamón, explotando su resentimiento por el Gran Gobierno para promover el poder de la Gran Empresa.
71. La gente tiene muchos impulsos transitorios que son necesariamente frustrados en la vida moderna, así que corresponden al grupo 3. Uno puede enfadarse, pero la sociedad moderna no puede permitir el enfrentamiento físico. Incluso en muchas situaciones no permite la agresión verbal. Yendo a algún sitio uno puede tener prisa, o puede estar de humor para viajar despacio, pero generalmente no hay elección y ha de moverse con el tráfico y obedecer las señales. Uno puede querer hacer su trabajo de un modo diferente, pero normalmente sólo se puede trabajar de acuerdo a las reglas impuestas por su jefe. De otras muchas maneras también, el hombre moderno está subordinado a la red de reglas y regulaciones (explícitas o implícitas) que frustran muchos de estos impulsos y de esta manera interfieren con el proceso de poder. La mayoría de estas regulaciones no pueden ser eliminadas, porque son necesarias para el funcionamiento de la sociedad industrial.
72. La sociedad moderna es en ciertos aspectos extremadamente permisiva. En cuestiones que son irrelevantes para el funcionamiento del sistema podemos generalmente hacer lo que queramos. Podemos creer en cualquier religión que nos guste (en tanto que no fomente comportamientos que sean peligrosos para el sistema). Podemos acostarnos con quien queramos (en tanto que practiquemos «sexo seguro»). Podemos hacer todo lo que queramos en tanto que sea TRIVIAL. Pero en todas cuestiones IMPORTANTES el sistema tiende a incrementar las regulaciones sobre nuestro comportamiento.
73. El comportamiento no sólo está regulado a través de reglas explícitas y no sólo por el gobierno. El control está frecuentemente ejercido a través de coerción indirecta o de presión o manipulación psicológica, y por otras organizaciones a parte del gobierno, o por el sistema como conjunto. Muchas grandes organizaciones usan alguna forma de propaganda para manipular la actitud o el comportamiento del público.
Cuando alguien acepta el propósito para el que la propaganda está siendo usada en un caso determinado, generalmente la llama «educación» o le aplica algún eufemismo similar. Pero la propaganda es propaganda independientemente para el propósito que sea usada. Ésta no está limitada únicamente a los «clientes» y a los anuncios, e incluso algunas veces no es conscientemente intencionada por la gente que la hace. Por ejemplo, el contenido de la programación de entretenimiento es una forma poderosa de propaganda. Un ejemplo de coerción indirecta: no hay ninguna ley que diga que tengamos que ir a trabajar todos los días y seguir las órdenes de nuestro jefe. Legalmente no hay nada para evitar que vayamos a vivir a la naturaleza como la gente primitiva o de entrar en los negocios por nuestra cuenta. Pero en la práctica hay muy poco campo salvaje, y en la economía sólo hay sitio para un número limitado de pequeños propietarios de negocios. Por tanto muchos de nosotros sólo podemos sobrevivir como el empleado de algún otro.
74. Sugerimos que la obsesión del hombre moderno por la longevidad, y con el mantenimiento del vigor físico y el atractivo sexual hasta una edad avanzada, es un síntoma de la irrealización resultante de la privación con respecto al proceso de poder. La «crisis de los cincuenta» también es un síntoma semejante. Tal es la falta de interés por tener hijos que es bastante común en la sociedad moderna pero casi inaudito en la sociedad primitiva.
75. En las sociedades primitivas, la vida es una sucesión de etapas. Habiendo realizado las necesidades y propósitos de una, no había ninguna aversión en pasar a la siguiente. Un hombre joven atravesaba el proceso de poder convirtiéndose en cazador, cazando no por deporte o realización, sino por la carne que era necesaria para alimentarse (en las mujeres jóvenes el proceso es más complejo, con gran énfasis en el poder social; no discutiremos esto aquí). Habiendo atravesado esta fase con éxito, el hombre joven no tenía aversión en arraigar las responsabilidades de fundar una familia. (En contraste, alguna gente moderna pospone indefinidamente el tener hijos porque están demasiado ocupados buscando algún tipo de «realización». Sugerimos que la realización que necesitan es experimentar adecuadamente el proceso de poder con finalidades reales en vez de finalidades artificiales de actividades sustitutorias). De nuevo, teniendo prosperidad criando a sus hijos, atravesando el proceso de poder proporcionándoles las necesidades físicas, el hombre primitivo sentía que su trabajo estaba hecho y que estaba preparado para aceptar la edad anciana (si sobrevivía hasta entonces) y la muerte. Mucha gente moderna, por otra parte, está perturbada por la perspectiva de la muerte, como se ve por la cantidad de esfuerzo que pasan intentando mantener su condición física, apariencia y salud. Argumentamos que esto es debido a la falta de realización resultado del hecho de no haber puesto nunca en uso sus fuerzas físicas, nunca han atravesado el proceso de poder usando sus cuerpos de una manera seria. No es el ser humano primitivo, que ha usado diariamente su cuerpo para motivos prácticos, el que teme el deterioro por la edad, sino el moderno, que nunca ha tenido un uso práctico para su cuerpo más allá de andar del coche a su casa. Es el ser humano cuya necesidad por el proceso de poder ha sido satisfecha durante su vida el que está mejor preparado para aceptar el final de esta.
76. En respuesta al argumento de esta sección alguien dirá, «la sociedad debe encontrar una manera de dar a la gente la oportunidad de atravesar el proceso de poder». Para tales personas el valor de la oportunidad está perdido por el mismo hecho de que la sociedad se la proporcione. Lo que necesita es encontrar o crear sus propias oportunidades. En tanto el sistema se las DE todavía las tendrá con una correa. Para conseguir autonomía deben quitársela.
77. No todo el mundo en la sociedad tecnológico-industrial sufre problemas psicológicos. Alguna gente incluso declara estar bastante satisfecha de la sociedad tal y como es. Ahora discutiremos alguna de las razones de porque la gente difiere tanto en su respuesta a la sociedad moderna.
78. Primero, sin duda hay diferencias en la intensidad del impulso por el poder. Personas con un impulso débil pueden tener relativamente poca necesidad de atravesar el proceso de poder, o al menos relativamente poca necesidad de autonomía en el proceso de poder. Estos son tipos dóciles que hubieran sido felices en una plantación de negritos en el Viejo Sur. (No queremos burlarnos de las «plantaciones de negritos» del Viejo Sur. A su apreciación, la mayoría de los esclavos NO estaban contentos con su servidumbre. Nos burlamos de la gente que ESTÁ contenta con la servidumbre).
79. Alguna gente puede tener un impulso excepcional por perseguir lo que satisface su necesidad por el proceso de poder. Por ejemplo, aquéllos que tienen un impulso inusualmente fuerte por la posición social pueden pasar toda su vida subiendo de escala social sin cansarse nunca con ese juego.
80. La gente varía en la susceptibilidad a los anuncios y a las técnicas de mercado. Algunos son tan susceptibles que, incluso si ganan gran cantidad de dinero, no pueden satisfacer su constante deseo por los nuevos y relucientes juguetes que la industria de mercado pone ante sus ojos. Por lo que siempre se sienten financieramente oprimidos, incluso si sus ingresos son grandes. Y sus deseos se ven frustrados.
81. Otros tienen una susceptibilidad baja a los anuncios y técnicas de mercado. Son la gente que no está interesada por el dinero. Las necesidades materiales no cumplen su necesidad por el proceso de poder.
82. La gente que tiene una susceptibilidad media a los anuncios y a las técnicas de mercado son capaces de ganar el suficiente dinero como para satisfacer su deseo de bienes y servicios, pero sólo al coste de un esfuerzo serio (haciendo horas extras, teniendo un segundo trabajo, adquiriendo promociones, etc). Así las adquisiciones materiales cumplen su necesidad por el proceso de poder. Pero no se sigue necesariamente que sus necesidades estén completamente satisfechas. Puede que no tengan suficiente autonomía en el proceso de poder (su trabajo puede consistir en seguir órdenes) y algunos de sus impulsos pueden ser frustrados (ejemplo, seguridad, agresión). (Somos culpables de simplificar demasiado en los párrafos 80-82 porque asumimos que el deseo de adquisiciones materiales es enteramente una creación de los anuncios y de las técnicas de mercado. Por supuesto no es así de simple). (Ver párrafo 63).
83. Alguna gente satisface en parte su necesidad por el proceso de poder identificándose con una organización poderosa o con un movimiento de masas. El poder o las finalidades que le faltan a una persona se unen a un movimiento o a una organización, adopta sus finalidades como propias, y trabaja por ellas. Cuando se consigue alguna de las finalidades, la persona, incluso si su esfuerzo ha jugado sólo una parte insignificante en la consecución de estas, se siente (por su identificación con el movimiento o con la organización) como si hubiera atravesado el proceso de poder. Este fenómeno fue explotado por los fascistas, por los nazis y por los comunistas. Nuestra sociedad también lo usa, aunque menos cruelmente. Ejemplo: Manuel Noriega era irritante para los EE.UU. (finalidad: castigar a Noriega). Los EE.UU. invaden Panamá (esfuerzo) y castigan a Noriega (consecución de la finalidad). Los EE.UU. atravesaron el proceso de poder y muchos americanos, por.su identificación con los EE.UU., lo hicieron indirectamente. Por consiguiente el dilatado público está conforme con la invasión de Panamá; lo que da a la gente una sensación de poder. (No estamos aprobando o desaprobando la invasión de Panamá. Sólo la usamos para ilustrar un punto).
84. Otra manera en que la gente satisface su necesidad por el proceso de poder es a través de necesidades sustitutorias. Tal y como explicamos en los párrafos 38-40, una actividad sustitutoria es una actividad que va directamente detrás de una finalidad artificial, que la persona persigue por la razón del «reconocimiento» que consigue por perseguir dicha finalidad, no porque necesite alcanzarla en sí misma. Por ejemplo, no hay un motivo práctico para desarrollar músculos enormes, golpear una pequeña pelota dentro de un agujero o adquirir una serie completa de sellos de correos. Sin embargo mucha gente en nuestra sociedad se consagra con pasión al culturismo, al golf o a la filatelia. Alguna gente es más «manipulable» que otra y por eso darán más importancia a actividades sustitutorias simplemente porque la gente de su alrededor las trata como importantes o porque la sociedad les dice que son importantes. Es por eso por lo que alguna gente se pone muy seria sobre actividades esencialmente triviales como el deporte o el bridge, o el ajedrez, o los ejercicios de arcanos eruditos, mientras que otros que tienen la vista más clara nunca ven estas cosas como algo más que las actividades sustitutorias que son, consecuentemente nunca les asignan suficiente importancia como para satisfacer en esa dirección su necesidad por el proceso de poder.
85. En esta sección hemos explicado cuanta gente satisface su necesidad por el proceso de poder en la sociedad moderna en mayor o menor extensión. Pero pensamos que para la mayoría de la gente la necesidad por el proceso de poder no está totalmente satisfecha, pero aún si la mayoría de la gente en la sociedad tecnológico-industrial estuviera satisfecha, nosotros (FC) aún nos opondríamos a esta forma de sociedad, porque (entre otras razones) lo consideramos rebajarse para realizar la propia necesidad por el proceso de poder a través de actividades sustitutorias o a través de la identificación con una organización, antes que a través de la persecución de finalidades reales.
93. Vamos a argumentar que la sociedad tecnológico-industrial no puede ser reformada de tal modo, como para prevenirla del progresivo estrechamiento de la esfera de la libertad humana. Pero, porque «libertad» es una palabra que puede ser interpretada de muchas maneras, debemos dejar claro primero en qué clase de libertad estamos interesados.
94. Con «libertad» nos referimos a la oportunidad de atravesar el proceso de poder, con finalidades reales, no las finalidades artificiales de las actividades sustitutorias, y sin interferencias, manipulaciones o supervisión de nadie, especialmente de ninguna gran organización. Libertad significa tener control (tanto como una persona o como miembro de un grupo PEQUEÑO) de los problemas de la vida y de la muerte de la existencia de uno; comida, vestido, refugio y defensa contra cualquier temor que pueda haber en nuestro medio. Libertad significa tener poder, no el poder de controlar a otra gente sino el poder de controlar la propia vida. Uno no tiene libertad si cualquier otro (especialmente una gran organización) tiene poder sobre ti, no importa la benevolencia, la tolerancia y la permisividad con que el poder pueda ser ejercido. Es importante no confundir libertad con la mera permisividad (ver párrafo 72).
95. [b]Se dice que vivimos en una sociedad libre porque tenemos un cierto número de derechos constitucionalmente garantizados. Pero esto no es tan importante como parece. El grado de libertad personal que existe en una sociedad está más determinado por la estructura económica y tecnológica de la sociedad que por sus leyes o por su forma de gobierno.
Tomémonos (FC) como ejemplo. Si no hubiéramos hecho nada violento y hubiéramos presentado los presentes escritos a un editor, probablemente no hubieran sido aceptados. Si hubieran sido aceptados y publicados, probablemente no hubieran atraído muchos lectores, porque es más divertido ver el entretenimiento lanzado por los medios que leer un ensayo sobrio. Incluso si estos escritos hubieran tenido muchos lectores, la mayoría hubieran olvidado pronto lo que habían leído porque sus mentes habrían sido anegadas por la masa de material a que los medios las exponen. A fin de presentar nuestro mensaje ante el público con alguna oportunidad de crear una impresión duradera, tuvimos que matar gente..[...]
96. En cuanto a nuestros derechos constitucionales, consideremos por ejemplo eso de la libertad de prensa. Ciertamente no queremos acabar con ese derecho: es una herramienta muy útil para limitar la concentración de poder político y para mantener a aquéllos que lo tienen en línea exponiendo públicamente cualquier mala conducta por su parte. Pero la libertad de prensa es de muy poca utilidad para el ciudadano medio.como individualidad. Los medios de masas están en su mayor parte bajo el control de grandes organizaciones que están integradas en el sistema. Cualquiera que tenga un poco de dinero puede imprimir algo, o puede distribuirlo en Internet o de alguna otra manera, pero lo que tenga que decir será sumergido por el vasto volumen de material lanzado por los medios, por tanto no tendrá un efecto práctico. Es por eso casi imposible para muchas personas y grupos pequeños el hacer un efecto en la sociedad con palabras .[...]
97. Los derechos constitucionales son útiles hasta cierto punto, pero no sirven para garantizar mucho más que lo que puede ser llamada la concepción burguesa de la libertad. Según la concepción burguesa, un hombre «libre» es esencialmente un elemento de una maquinaria social y tiene sólo una cierta serie de libertades prescritas y delimitadas; libertades que son designadas para servir a las necesidades de la máquina social más que aquellas de la persona. Así el hombre «libre» burgués tiene libertad económica porque eso promueve el crecimiento y el progreso; tiene libertad de prensa porque la crítica del público restringe la mala conducta por parte de los líderes políticos; tiene derecho a un juicio imparcial porque la prisión al antojo del poderoso sería mala para el sistema.[...]
98. Debemos tener en cuenta un punto más en esta sección: no debe ser asumido que una persona tiene suficiente libertad simplemente porque DIGA que tiene suficiente. La libertad está en parte restringida por el control psicológico del que la gente es inconsciente, y además muchas ideas de lo que constituye la libertad son gobernadas más por la convención social que por sus necesidades reales.
136. Si alguien aún imagina que sería posible reformar el sistema de tal manera como para proteger la libertad de la tecnología, déjale considerar lo chapucera y, para la mayor parte, desafortunada que nuestra sociedad ha sido tratando otros problemas sociales que son mucho más simples y globales. Entre otras cosas, el sistema ha fallado en parar la degradación ambiental, la corrupción política, el tráfico de drogas o el abuso doméstico.
137. Tomemos nuestros problemas ambientales, por ejemplo. Aquí el conflicto de valores es completo: actualmente la conveniencia económica contra la salvación de alguno de nuestros recursos naturales para nuestros nietos. Aquí estamos considerando sólo un conflicto de valores dentro de la corriente de opinión principal. Por la razón de simplificar dejamos fuera del cuadro de valores «extraños» como la idea de que la naturaleza salvaje es más importante que la prosperidad económica humana. Pero en esta materia sólo obtenemos mucha blather y ofuscación por parte de la gente que tiene el poder, y nada como una línea de acción clara y consecuente, y continuamos acumulando los problemas ambientales con los que tendrán que vivir nuestros nietos. Los intentos de resolver el problema ambiental consisten en luchas y compromisos entre diferentes facciones, alguna de las cuales ascienden en un momento, otras en otro momento. La línea de lucha cambia con la corriente actual de movimiento de la opinión del público. Éste no es un proceso racional, ni tampoco es apto para conducir a una solución conveniente y próspera al problema. Los principales problemas sociales, si alguna vez son «resueltos», raramente o nunca lo son a través de un plan racional y comprensible. Simplemente se resuelven por sí mismos a través de un proceso en el que varios grupos competidores persiguiendo sus propios intereses (normalmente de periodo corto) llegan (principalmente debido a la suerte) a algún *modus vivendi más o menos estable. (Los propios intereses no son necesariamente intereses MATERIALES. Pueden consistir en realizar alguna necesidad psicológica, por ejemplo, promover la ideología o religión propia.)
138. Así queda claro que la raza humana tiene en el mejor de los casos una capacidad muy limitada para resolver incluso problemas sociales relativamente globales. ¿Entonces cómo va ha resolver el problema mucho más difícil y sutil de reconciliar libertad y tecnología? La tecnología presenta avances materiales bien delimitados, mientras que la libertad es una abstracción que significa cosas diferentes para gente diferente, y su pérdida es fácilmente confundida por la propaganda y la charla imaginativa.
140. Esperamos haber convencido al lector de que el sistema no puede ser reformado de tal manera como para reconciliar libertad y tecnología. La única salida es librarnos del sistema tecnológico industrial en su conjunto. Esto implica la revolución, no necesariamente un levantamiento armado, pero ciertamente un cambio radical y fundamental en la naturaleza de la sociedad.
141. La gente tiende a asumir que como una revolución envuelve un mayor cambio de lo que lo hace una reforma, es más difícil producirla. Realmente, bajo determinadas circunstancias, la revolución es más sencilla que la reforma. La razón es que un movimiento revolucionario puede inspirar una intensidad de compromiso que un movimiento reformista no puede. Un movimiento reformista meramente ofrece arreglar un problema social en particular. Un movimiento revolucionario ofrece resolver todos los problemas de golpe y crear un nuevo mundo entero. Proporciona la clase de ideal por el cual la gente correría grandes riesgos y haría grandes sacrificios. Por esta razón sería más fácil el derribar todo el sistema tecnológico que poner restricciones efectivas y permanentes en el desarrollo de la aplicación de cualquier segmento de tecnología, tal cómo la ingeniería genética; bajo condiciones adecuadas un gran número de gente se puede dedicar apasionadamente a una revolución contra el sistema tecnológico-industrial. Tal y como señalamos en el párrafo 132, los reformistas pretendiendo limitar ciertos aspectos de la tecnología estarían trabajando para evitar un resultado negativo. Pero los revolucionarios trabajan para ganar una recompensa poderosa-y, por eso, más duramente y más persistentemente que lo hacen los reformistas.
142. La reforma está siempre restringida por el temor a las consecuencias dolorosas si los cambios van demasiado lejos. Pero una vez la fiebre revolucionaria ha tomado asidero en una sociedad, la gente voluntariamente experimenta trabajo arduo ilimitado por la razón de su revolución. Esto se vio claramente en las Revoluciones Francesa y Rusa. Puede ser que en tales casos sólo una minoría de la población esté realmente comprometida, pero esta minoría es suficientemente grande y activa como para convertirse el la fuerza dominante en la sociedad.
143. Desde el comienzo de la civilización, las sociedades organizadas han tenido que presionar a los seres humanos a causa del funcionamiento del organismo social. Los tipos de presión varían enormemente de una sociedad a otra. Algunas son físicas (dieta pobre, trabajo excesivo, polución ambiental), algunas son psicológicas (ruido, hacinamiento, forzar el comportamiento humano al molde que la sociedad requiere). En el pasado, la naturaleza humana ha sido aproximadamente constante, o de cualquier modo ha variado sólo cerca de ciertos lindes. Consecuentemente, las sociedades han sido capaces de empujar a la gente sólo hasta ciertos límites. Cuando se sobrepasa el límite de la resistencia humana, las cosas empiezan a ir mal: rebelión, o crimen, o corrupción, o evasión del trabajo, o una tasa menguante de nacimiento, una alta de decesos o alguna otra cosa, por lo que la sociedad también se colapsa, o su funcionamiento se vuelve demasiado ineficiente o es (rápidamente o gradualmente, a través de consecuencias, desgaste o evolución) reemplazada por alguna otra forma más eficiente de sociedad.
144. Así, la naturaleza humana ha puesto ciertos límites en el pasado al desarrollo de las sociedades. La gente podía ser empujada a un punto y no más allá. Pero hoy esto puede estar cambiando, porque la tecnología moderna está desarrollando formas de modificar a los seres humanos.
145. Imagina una sociedad que somete a la gente a condiciones que los hacen terriblemente infelices, entonces les da drogas para quitarle su infelicidad. ¿Ciencia ficción? Ya está ocurriendo en cierta extensión en nuestra sociedad. Es bien sabido que la tasa de depresiones clínicas se ha incrementado enormemente en las décadas recientes. Creemos que esto es debido al colapso del proceso de poder, como explicamos en los párrafos 59-76. Pero incluso si estamos equivocados, el incremento de la tasa de depresiones es ciertamente el resultado de ALGUNAS condiciones que existen en la sociedad de hoy. En vez de extirpar las condiciones que hacen que la gente esté deprimida, las sociedad moderna les da drogas antidepresivas. En realidad, los antidepresivos son un medio de modificar el estado interno de un individuo de tal manera que le permita tolerar las condiciones sociales que de otra manera encontraría intolerables. (Sí, sabemos que la depresión es con frecuencia de origen puramente genético. Aquí nos estamos refiriendo a esos casos en los que el medio juega un papel predominante).
146. Las drogas que afectan a la mente son sólo un ejemplo de los métodos de control del comportamiento humano que la sociedad moderna está desarrollando.
149. Presumiblemente, la investigación continuará para incrementar la efectividad de las técnicas psicológicas de control del comportamiento humano. Pero pensamos que es improbable que sólo las técnicas psicológicas sean suficiente para adaptar a los seres humanos a la clase de sociedad que la tecnología está creando. Probablemente tendrán que usar métodos biológicos. Ya hemos mencionado el uso de drogas en relación con esto. La neurología puede proporcionar otros caminos de modificación de la mente humana. La ingeniería genética en seres humanos está ya empezando a darse en la forma de la "terapia genética", y no hay razón para asumir que tales métodos no serán usados a la larga para modificar aquellos aspectos del cuerpo que afectan al funcionamiento mental.
155. Nuestra sociedad tiende a considerar como una «enfermedad» cualquier forma de pensamiento o comportamiento que es inconveniente, y esto es creíble porque cuando una persona no ajusta en el sistema se causa sufrimiento a ella misma así como problemas al sistema. De esta manera la manipulación de un individuo para ajustarlo se ve como una «cura» para una «enfermedad» y por tanto como buena.
Nuestra sociedad tiende a considerar como una «enfermedad» cualquier forma de pensamiento o comportamiento que es inconveniente, y esto es creíble porque cuando una persona no ajusta en el sistema se causa sufrimiento a ella misma así como problemas al sistema. De esta manera la manipulación de un individuo para ajustarlo se ve como una «cura» para una «enfermedad» y por tanto como buena.