eseka escribió:Pues este juego es una de las razones de mofa y burla entre mis colegas con su PSP y yo con mi DS... La verdad es que ni de palo me lo compro, entre otras cosas porque aun en el caso de que llegara a gustarme no me veo jugando en el parque al Nintendogs en la DS y mis colegas al Unthold Legends por WiFi en la PSP.
Pues eso es un problema de personalidad (y no quiero ofender).
Yo tengo 26 años, y me compraré el jueguecito de los chuchos de marras. ¿Por qué? Pues porque me gustan, es diferente y es una nueva experiencia de juego.
En resumen: "me da igual lo que piensen los demás". Tengo la personalidad suficientemente desarrollada y ya sé que los machotes no juegan GTA y que las niñas no juegan al Nintendogs.
Hasta ahora sólo he visto 2 DSs en manos de niños. Todas las demás que he visto son de adultos, de mi edad o más, que están hartos de los mismos juegos una y otra vez.
La verdad es que no pasa un sólo día en el que no se rían de mi pobre DS y la comparan con sus PSPs.
Pues me dan algo de pena.
Precisamente la respuesta a eso ha de ser, con la cabeza bien alta: "El objetivo de una consola es divertir, y yo con mi consola me divierto, y además mucho. Si a tí no te gusta, no te la compres." Y pasar de ellos.
Por cierto, que menudos amigos más inmaduros tienes.
¿Ves? Resulta que al final los niñatos e inmaduros son tus amigos con sus flamantes PSPs.
Al final resultará que juegan a GTA para sentirse mayores.
Yo, como ya soy mayor, no necesito jugar al GTA. Prefiero sentirme niño, que es lo mejor que te puede dar un videojuego.
No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Ignora las tonterías de tus "amigos" y disfruta de tu consola.
A mí se me ha dado el caso inverso, mi colega con PSP USA me la cambió 2 semanas y no me quería devolver la DS. Al final acabó reconociendo que los 2 juegos de PSP que tiene le aburren mucho y que la tenía muerta de risa en el cajón, que cuando la compró sí, la jugaba mucho porque los juegos eran nuevos, pero que le aburrieron al cabo de un par de semanas.
Que le den a las modas y a los niñatos