Buenas. Supongo que la primera parte de mi historia es común. Chico conoce a chica, chica y chico acaban saliendo sin antes ponerse a saber más cosas el uno del otro. Por culpa de eso hemos discutido innumerables veces, y lo hemos dejado alguna que otra pero siempre volviendo.
La cuestión es que la última vez, lo dejamos de mutuo acuerdo y todo perfecto, cuando empezaba a encarrilar mi vida, ella volvió a aparecer y hablando hablando, nos pusimos otra vez a salir (aunque habían más ganas por su parte que por la mía, aunque esperaba que lo lleváramos bien poco a poco).
Bueno, no me enrollo más. Ayer no me podía mover de casa porque estaba esperando a un colega que me tenía que dar una cosa y no podía localizarlo. Me llamó y le dije que ahora no podía ir, que se esperara un poco a que viniera el chaval y nada mas llegara me iba yo para allá. Total, que viene el colega, y cuando tiro a avisarla, ya no está en el MSN. Sin darme tiempo apenas a vestirme, llama al timbre, me hace bajar y nos ponemos a hablar.
Se empieza a emparanoiar de que si le oculto algo, que si nunca quiero ir a su casa, que siempre tengo algo más importante que hacer que estar con ella, (mentira, de hecho mis amigos no reconocen ya mi cara cuando me ven) y me dice que le deje mi móvil para ver mis llamadas y mis mensajes. Y eso fué lo que me indignó, ¿Quién coño es ella para hurgar en mi intimidad? ¿Acaso voy yo a su casa a abrir el buzón? Así que se cabreó porque no me da la gana enseñarle mi móvil, aunque no había nada raro (ni ganas). Pero me tocó la moral y como me negué, pues lo hemos dejado.
Y ahora, qué huevos... el que se siente mal soy yo. Y me ha dejado ella!
Perdón por el tocho, pero necesitaba sacarlo.