Lo acabo de leer en el bar, en el suplemento de
El mundo,
Crónica:
Cándido Hernández Martín fue nombrado oficialmente Director General de Aguas de Canarias en el verano de 2011. No estaba mal el puestecillo: 55.000 € anuales mínimo, además del pago de su vivienda (reside en La Gomera y tendría que vivir en Tenerife). Resulta que, por motivos personales, se presenta ante el Ejecutivo de Paulino Rivero y dice que no piensa tomar posesión del cargo. "Bueno" -me diréis algunos-"Un tipo que en vez de mamar de la teta pública prefiere vivir de su trabajo" -es médico y pasa consulta a diario en su isla-"Es raro, pero puede pasar". Ya.
Pero la burocracia no se detiene -¿Lo hace alguna vez?-. El viernes 21 de Julio de 2011, a pesar de su negativa, en el Boletín Oficial de Canarias se publica su designación. Su nombre aparece en distintas webs oficiales. Los periódicos adictos o simplemente subvencionados por el partido del Gobierno destacan su perfil político. Los de la oposición, claro, critican el nombramiento. ¿qué puede saber un médico sobre aguas? (El tipo, a todo esto, seguía pasando consulta en el Centro Médico de Hermigua).
Tras 15 meses sin Director General de Aguas, alguien se da cuenta, por fín, de que el buen Cándido nunca estuvo allí y el 15 de Octubre de 2012 se hace oficial la "destitución". Algunos bienpensantes os preguntaréis qué ocurrió durante eso tiempo de "desgobierno": ¿El caos? ¿La anarquía? ¿El desastre? ¿El acabose? ¿El fin del mundo profetizado por los Mayas? Pues no.
Sin Director General, la gestión de Aguas funcionó como nunca. Todo fue mejor. De hecho funcionó tan bien que, a pesar de la crisis y en premio a su operatividad, han aumentado su presupuesto en un 114% (de 16,5 millones ha pasado a 36,2 millones)
Ahora os pregunto: ¿Y si despedimos a todos los Directores Generales, Delegados, Subdelegados, Asesores... de gobierno, autonomías, diputaciones, mancomunidades, comarcas, ayuntamientos...? ¿Y si suprimimos las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales ?-y que vivan de las cuotas de sus afiliados-. ¿Y si eliminamos el Senado por inútil? -haría falta reformar la Constitución, claro-. ¿Y si cortamos el grifo a la Familia Real? -y que Letizia sea un día Reina... de su casa y punto-. Y ya que estamos en ciencia-ficción ¿Y si metemos en el trullo -a pan y agua- a todos los que se lo han llevado crudo -Urdangarines y similares- trincando la pasta directamente o contratando obras faraónicas con dinero de TODOS los españoles con desvío a su propio bolsillo incluído?. ¿Os imagináis cuanta pasta nos podíamos ahorrar? No haría falta subir ningún impuesto, ni recortar en Sanidad, Educación, ni Dependencia. Hasta sobraría para subir las pensiones de nuestros jubilados y la Merkel estaría temblando ante la pujanza de nuestra economía