Ayer nos enteramos de que la Oficina del Comisionado de Información en Reino Unido expresó sus deseos de obtener una explicación sobre la razón por la que Sony no protegió ni notificó a los usuarios de la PSN del peligro que corría su información personal y financiera, tras la intrusión externa que sufrió la red de la compañía. Esto parece consecuencia de la carta que envió Richard Blumenthal, el senador de Connecticut, Estados Unidos, a Jack Tretton, presidente de Sony Computer Entertainment America, exigiendo algo similar.
Ahora otros organismos políticos decidieron tomar cartas en el asunto; Reuters reporta que la representante de California, Mary Bono Mack, líder del Subcomité de manufactura y comercio de la Casa de Representantes, solicitó a esta organización indagar la fuga de datos. La agencia también informa que Sony ha contactado a la oficina del FBI en San Diego, para pedir que la unidad de cibercrímenes del buró les ayude con la investigación referente a la información que podría haberse filtrado. Por supuesto que la investigación será confidencial, pero fuentes anónimas reportan que el FBI ya había iniciado las pesquisas de la situación.
Mientras tanto, las autoridades canadienses también comenzaron a tomar en cuenta la debacle de la PSN. El Comisionado de Privacidad en ese país declaró al periódico Vancouver Sun, que están por comenzar una investigación:
“Actualmente nos encontramos evaluando la situación y buscando información de Sony. Determinaremos los siguientes pasos a seguir una vez que tengamos completo conocimiento del incidente."
Por otro lado, Dan Burk, profesor de leyes en la Universidad de California, le comentó a Reuters: “Lo peor está por venir, los países europeos se van a volver locos con esta situación. Ellos están totalmente obsesionados con las compañías que poseen información personal.”
A estas alturas Sony ya publicó un documento con el que busca resolver dudas y aconsejar a sus clientes sobre cómo tomar precauciones para evitar robos y el mal uso de su información personal y financiera, sin embargo, continúa llamando la atención de más organismos gubernamentales en distintos países, y eso no puede ser bueno para la compañía japonesa; esperemos que la situación se resuelva pronto sin grandes consecuencias que lamentar.