Sony ha recortado sus pérdidas operativas en el último trimestre gracias a PlayStation 4 y a pesar de los teléfonos Xperia. Mientras la consola de los nipones sigue vendiendo bien, la desaceleración de su negocio de
smartphones ha obligado a reducir expectativas de ventas y a
reestructurar la cúpula de la división móvil.
PlayStation 4 ha vendido 3,3 millones de unidades entre julio y septiembre (para un total de 13,5 millones de máquinas), impulsando las ventas de la división de videojuegos un 83,2% respecto al año pasado. Según señala Sony, las ventas de
hardware PS4 y los servicios relacionados con la consola han conseguido "compensar parcialmente" el previsible descenso de PS3, que ha aportado 800.000 unidades.
En el terreno portátil, Sony ha vuelto a compartir cifras conjuntas de sus plataformas, sumando 700.000 unidades entre PS Vita, PSP y PS TV. Gracias a estas cifras, los beneficios operativos de la división de videojuegos se sitúan en 21.800 millones de yenes, que contrastan favorablemente con los 4.200 millones negativos del año pasado.
La otra cara de la moneda está ocupada por la división móvil de Sony, que ha cerrado con cifras operativas de 172.000 millones de yenes en rojo, aun con un pequeño aumento de ventas del 1,2%. En consecuencia, los nipones han revisado sus cifras de ventas para este año fiscal con tres millones de
smartphones menos, además de relevar a Kunimasa Suzuki de la presidencia de Sony Mobile por Hiroki Totoki, hasta ahora vicepresidente de planificación.
Respecto a las cifras globales, Sony ha declarado pérdidas operativas de 85.600 millones de yenes, superando con creces las
estimaciones medias de los analistas de 164.300 millones de yenes negativos. De cara al futuro, Sony planea reducir la presencia de Xperia en China, donde se ha encontrado de lleno con competidores locales como Xiaomi, que ya figura en el
pódium mundial de fabricantes.