Saludos moradores de literatura, nunca he escrito por aqui, pero siempre hay una primera vez para todo.
os dejo con una cosa que he escrito pensando en alguien muy especial:
Una cama fría, una habitación vacía.
A mi lado, un hueco extraño.
El techo me mira con compasión, no me extraña al ver mi expresión…
El suelo me evita, no le molestaré, hoy no saldré de la habitación.
Solo la cama me sostiene, todo lo demás va por su cuenta, ella me comprende... o almenos eso parece.
A mi alrededor, no me importa nada.
Pienso, pienso, pienso… pensar es mi única salida ahora.
Chirria un grillete, se oyen unos pasos.
La habitación de repente está llena a rebosar.
¿Quién es?
Me quedo en tensión...
Un inevitable balanceo.
Estirado de esa manera, boca arriba en la cama, capto cualquier estímulo al 100%, estoy mas receptivo que nunca.
Unos brazos me empiezan a rodear el pecho, por un lado, ni rastro de brusquedad.
Algo desprende calor.
Puedo captar un agradable olor...
Es un cuerpo.
Tu cuerpo.
Poco a poco la cama se va amoldando a las formas de los dos.
Noto una de tus piernas que se levanta, acaba descansando sobre las mias, cruzada… va subiendo... "que zona mas peligrosa", pienso...
Mis manos no sabian donde meterse, tampoco la razón, por no hablar del alocado corazón , y otras partes que no necesitan mención.
Las manos decidieron acariciar esa espalda, poco a poco.
¿Sería lo correcto?
Desde ese contacto, surgía la inseguridad…
Nunca antes tuve tu cuerpo tan cerca.
Nunca antes alguien se dejó tocar por mi.
Que suerte, de momento todo va bien…
Agitaciones, acompañadas de pequeños sonidos que salian de tu garganta.
Los muelles de la cama se estaban divirtiendo mucho.
Yo nunca estuve en una situación así… soy un novato, no se que tengo que hacer.
El cabello… como si pudiese leer braile en él, lo acariciaba sin parar, intentando descifrar el olor que trataba de ocultar.
Llego con los dedos hasta donde puedo distinguir una sonrisa, sentir una respiración, un ritmo.
Me adapto a ese ritmo, quiero seguir ese ritmo.
Me siento más fusionado aun contigo.
Lástima no poder marcar el ritmo de mis latidos para coordinarme todavía mas.
Quiero que sea perfecto… no quiero dudar… quiero ser como tu… corresponderte… no quiero perderte…
Ahora soy como un ciego, los ojos cerrados.
La boca entreabierta, se resiste a manifestarse, me provoca una respiración complicada...
El sentido del tacto, el único que parece mantener la cordura, trabaja ansiosos pero pausado, recorre ese mapa que está plasmado en tu piel.
Puedo viajar a través de ti, puedo recorrer la geografía tuya.
Me voy adaptando…
No hay pérdida.
Y si la hay, no importa, esa es mi eternidad perfecta…
Se que estás tranquila, tu cabeza apoyada en mi hombro, en él recae el peso implacable de esa tranquilidad.
Siento que te protejo, se que te sientes protegida. La prioridad de un guardaespaldas… mi prioridad es tu vida.
Nuestra vida.
