Me meto en las turbias aguas de la economía internacional para abrir un nuevo negocio y quedarme con exactamente la misma blanca que antes, sólo que con ropajes más anodinos y supuestamente elegantes. Hay un sector juvenil que será el pilar maestro para ayudarme a rellenar mis, anteriormente, socialistas bolsillos.
Como financiero novel inauguro el...
SERVICIO DE CRÉDITOS PARA PAGAFANTAS.
El concepto es muy sencillo, hay una enorme posibilidad de que le estafe vilmente y recurra a la gloriosa usura.
Yo me siento en una mesa, al aire libre. Soy un negociador ambulante y muerdo hasta llegar al hueso. ¡Cliente, puedes estar en la más absoluta tranquilidad!
En mi mesa, un cartel pongo para mostrar impúdicamente al mundo el título. Tú, atraído por la curiosidad, me preguntas: "¿Qué es esto?". Y yo respondo de manera mecánica y precisa: "Esto es un servicio para ayudar a financiar a los pagafantas. Si lo eres, yo te ofrezco un préstamo que puede ir de 1 a 10 €. Puedes devolverlo en un máximo de 45 días, siempre con intereses del 5% al 45%. Por supuesto, el porcentaje depende de cómo tenga el día; es una variable arbitraria. ¡Con mis sucios dineros, que le cunda a tu novia-amiga esa Fanta aguada de limón artificial!".
Por supuesto, el futuro del negocio es nefasto. Camino sobre una tabla de papel que sirve de puente entre dos edificios. Ni con el mayor de los malabarismos financieros, me salvaré de la segura ruina. Pronto se me acabarán los pagafantas, pues pasarán a ser seres cínicos que SIEMPRE meterán el morro a sus féminas favoritas.