Le tengo gran cariño a este juego. Es como el primero, pero más oscuro. Si en el primero todos los personajes eran o santos o demonios, blanco o negro, aquí hay todo el espectro intermedio. Están mucho mejor escritos.
Lamentablemente a Obsidian no le dió tiempo a culminar el juego y el último planeta es anodino total, no ocurre nada de interés más allá de combates intrascendentes. Esa parte parece desarrollada por un equipo de tercera regional. Una pena porque el 90% del juego supera claramente la primera parte.