Bueno, aqui os posteo un minirelato que ha escrito una amiga mia, para que opineis a ver que os parece.
Saludos, aqui lo teneis xD
Sueños al atardecer
En aquella habitación, de grandes dimensiones pero prácticamente vacía, con cortinas color crema, y apenas amueblada con una mesita de noche, la cama y el escritorio, sola y con las luces apagadas...estaba ella.
Echada en su cama, viendo como poco a poco el tiempo se desvanecía, sin saber que hacer.... Todo estaba tranquilo, apenas corría el viento, tan solo una brisa suave y cálida, típica del comienzo de la primavera, casi no entraban rayos de sol entre las cortinas, ya casi atardecía.
Irene, que apenas alcanzaba la edad adulta, pero con una figura digna de envidiar por cualquier mujer, soñaba despierta, con experimentar una relación apasionada, como sólo conocía a través del cine...una relación que la hiciese volar, estremecerse y sentir como su cuerpo se derretía. "Estoy loca", pensó la chica por un momento, "tengo que hacer algo para distraerme....", se dispuso entonces, a oír algo de música y pasar a limpio unos apuntes...sentada en su escritorio frente al ordenador...y habiendo pasado ya un par de horas, el sol se escondió, ella sin darse cuenta, justo allí se durmió.
Bendito mundo de los sueños, en ese momento su subconsciente pronunció, donde todo es posible, incluso el amor.
Rozando la media noche, la chica se encontraba inmersa en un profundo sueño, sueño del que nunca querría despertar, tumbada de lado con las piernas semicruzadas y al descubierto, puesto que solo vestía un camisón, sintió como casi sin rozarla, una mano suave y delicada la recorría por todo el cuerpo...acercándosele desde los pies, y subiendo por los muslos muy lentamente, erizando su piel por allá donde pasara.
Justo cuando las caricias llegaban a la cintura, una vez habían jugado por sus caderas, justo entonces, ésta suspiró estremeciéndose y mordiéndose los labios, cogiendo las sabanas entre sus dedos, e incluso encogiendo los pies, en ese instante las caricias cesaron, ella inquieta, abrió los ojos y miro a su alrededor, “no puede ser”, suspiró, “estaba soñando”.
Acalorada e incluso acelerada, ésta se levantó y fue al baño. Mientras se miraba frente al espejo y se refrescaba, no podía parar de pensar que era imposible, le resultaba tan real y excitante, que no podía creer que lo que estaba sintiendo fuese solo un sueño. De regreso a su habitación, pudo distinguir un olor, un olor dulce y provocador que invadía todo el pasillo, "que extraño! es un olor familiar que hacia años no percibía", pensó Irene.
Una vez en la habitación y dispuesta a conciliar el sueño, se tumbo en la cama, en esta ocasión, no conseguía acomodarse, sentía que las sabanas se le enredaban y no hacia otra cosa sino dar vuelas. Fue entonces cuando la chica paro quieta por un instante, se detuvo boca arriba mirando hacia el techo, pensando en ese olor, que la tenia desconcertada, a la vez que entusiasmada, mientras lo hacia no paraba de enredar entre sus dedos una pulsera que hacia años una amiga muy especial le había regalado, fue entonces, cuando de repente, le vino a la cabeza, como una inspiración divina, ya está! Ya sé! Ese olor! Exclamó la chica en voz alta, en ese momento, una voz femenina sugerente y suave, la interrumpió.
La chica asombrada, giró la cabeza, mirando hacia la puerta, se incorporó de la cama, sacando las piernas hacia el borde, no se lo podía creer, "he de estar soñando otra vez", exclamó, mientras se llevaba las manos a la cara. Era su amiga de la infancia, Julia, esa chica especial, a la que hacia mucho tiempo no veía. Y allí estaba, en su habitación, plantada en el quicio de la puerta, habiendo pronunciado tan solo unas pocas palabras, impregnándolo todo con su olor, como si el tiempo nunca hubiese pasado.
"¿Qué tal estás?", fue lo que dijo su amiga y acto seguido, viendo que Irene no salía de su asombro, se acercó a ella, y con un gesto tierno se sentó a su lado, y la abrazó. Fue entonces, cuando ésta reaccionó, todos los recuerdos vinieron a su mente, esas sensaciones que tanto añoraba, ese placer que tanto deseaba, y con ansias esperaba. En ese instante se dio cuenta, siempre estuvo enamorada de su amiga, aunque en el pasado no supo verlo.
Ambas se miraron fijamente a los ojos, y dejándose llevar, como si de una fuerza magnética se tratase, sus labios se unieron, lenta y apasionadamente, a la vez que se apretaban la una contra la otra con fuerza, pudiendo sentir desde la respiración acelerada hasta el último escalofrío que les invadía el cuerpo. Sus labios se deslizaban unos con otros como si lo hubiese estado haciendo toda la vida. De los labios al cuello, del cuello a los hombros y de ahí al resto, no había una parte del cuerpo que no quisieran besar, todo les resultaba tan dulce, tan tierno.
Las dos entrelazadas, prácticamente desnudas, rozándose la una con la otra, tumbadas en la cama, se encontraban como en un sueño, una fantasía que hacia años tenían y ninguna se había atrevido a desempeñar. Irene gemía, mientras Julia la acariciaba por el pecho delicadamente, lamiendo sus pezones, rodeándolos con la punta de su lengua húmeda y caliente y jugueteando con sus dedos en los labios de Irene, ésta, súper excitada, los chupaba y mordía, como si de una fruta jugosa y dulce se tratara, Julia que ya se encontraba sin pantalones, se dispuso a quitarse la camiseta, sentada sobre las caderas de Irene, mientras que ésta, la observaba con una mirada lasciva y deseosa de más sin parar de tocarla y moverse circularmente sintiendo como Julia se humedecía y aumentaba su calor corporal
Cuando se hubo quitado la camiseta, se echo el pelo hacia un lado, y se acerco a la chica nuevamente, fundiéndose ambas otra vez en un beso dulce y apasionado como con nadie más habían experimentado. Fue entonces cuando Irene tumbo a Julia y se atrevió a hacerla suya.
Comenzó a deslizarse hacia abajo, besándola y lamiéndola hasta llegar a sus ingles, a la vez que agarraba sus pechos delicadamente, inclinó las piernas de Julia mientras la miraba, mordiéndose los labios, Julia cerro los ojos y se echo hacia atrás estirando el cuello como si de una jirafa se tratase, se agarró con fuerzas a las sabanas, pues no se aguantaba en si misma, estaba que se subía por las paredes, entonces Irene escurrió sus finas y delgadas manos por el trasero de ésta, incorporándole ligeramente la pelvis y llevándoselo a la boca.
“Oh siii!”, exclamó Julia, “asi nena asi”, Irene nada mas oírla, se estremeció, y ansiosa con mas ganas que nunca, la saboreó y mordió, hasta que Julia no pudo mas y tiro de ella hacia sí, abriendo las piernas y abrazándola con ellas como para que no se le escapase, mientras que la otra la penetraba con sus dedos y acariciaba su clítoris. Justo entonces, fue cuando tocaron el cielo con la punta de los dedos, quedando muertas y casi sin respiración, con todo el cuerpo paralizado, a excepción de unos pequeños temblores provocados por la misma excitación
Las dos chicas, se abrazaron y besaron sin poder parar de reír, satisfechas por la relación que acababan de mantener, sin darse cuenta, en un profundo y placentero sueño se introdujeron.
Ya amaneciendo, Irene que se encontraba prácticamente escondida bajo la almohada, toda despeinada y agotada por el ardor de la noche, abrió los ojos, y con una sonrisa tímida se echo hacia el lado, esperando ser abrazada por su amada, ésta al no sentir su presencia, rápidamente se incorporó, y miró a su alrededor. No había rastro de la chica, ni su ropa, ni su bolso...etc. En su lugar, solo un periódico.
Irene, decepcionada por la extraña huída de Julia, puesto que a lo largo de la noche, habían planificado pasar todo el día juntas, se dispuso a leer el periódico, una vez se hubo lavado la cara y peinado. Entonces fue cuando su desconcierto la dejo en chock. Que demonios significa esto? no lo entiendo! exclamo Irene, y echándose a llorar con un llanto desolador corrió al baño donde se encerró.
Su madre al oírla, acudió rápidamente en su busca, "Irene, cariño, estas bien?", preguntó la madre preocupada echada sobre la puerta, al no recibir respuesta, se percató de que en el suelo había algo, se agachó y lo cogió, era el periódico, que la chica había dejado tras de si, cuando corrió despavorida. La señora, preocupada por su hija y con ansias por saber lo que le ocurría, comenzó a leer el periódico, para su asombro, una noticia en titulares con foto incluida. "ESTUDIANTES DE GEOLOGIA EN PRACTICAS, PIERDEN LA VIDA AL DERRUMBARSE LAS MINAS DONDE TRABAJABAN, dos chicos y una chica, Juan, Luís y Julia, quedan atrapados sin poder salir, cuando los servicios de emergencias llegaron, solo pudieron trasladar con vida al hospital, a la chica, esta se encuentra ingresada en estado muy grave".
Al cabo de la hora, la chica salió del baño, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, la nariz colorada y la mente trastornada, se vistió, y se fue al hospital, una vez llegó, preguntó por la habitación de Julia,” en la tercera planta, puerta 323”, le dijo la enfermera, Irene, temblorosa, se apresuró a subir a la tercera planta, estaba desesperada por saber que había pasado, que explicación había a todo lo sucedido.
Una vez llegó a la habitación, llamó a la puerta, al no recibir respuesta, entró, encontrando tan solo un par de camas vacías, vestidas de limpio, como si Julia no hubiese pasado por allí. Irene, se acercó a una enfermera, y le preguntó por la chica que ocupaba esa habitación, ésta le contestó, con cara triste y voz temblorosa que la chica había fallecido esa misma mañana, pero que la noche anterior balbuceó unas palabras, entre lo que pudieron entender que había soñado con una chica llamada Irene.
FIN.
By Sario