-... y como bombero jefe apagaría todos los incendios... y salvaría a mucha mucha gente...
Terminada su oratoria, el penúltimo niño bajo del pedestal y se sentó junto a sus compañeros. De un rincón el ultimo chico camino hasta el escalón de madera y sin mirar a sus compañeros alzo la voz.
-Si fuese mayor, me gustaría ser relojero... manejar pequeñas piezas con mis dedos... ojala un relojero necesite mis manos, ojalá... -
La profesora dio por terminado el acto y la cámara conectada a la central de control termino su trabajo. Los niños volvieron a su salas de dormitorio.
En algún lujoso hospital, el corazón de un magnate del bio-plastico se detuvo y la orden de un nuevo corazón fue tramitada hacia el perfil mas compatible. Con eficiencia el dormitorio fue inundado de gas anestésico mientras los robot´s tomaban el ligero cuerpo hacia la sala de operaciónes.
A la mañana, con el amargo sabor residual de la anestesia se mirarían buscando al ausente. Alrededor de su cama tomaron el dibujo, donde un gran camión de bomberos apagaba un fuego y lo colocaban en la columna central, donde cientos de dibujos daban tributo a los sueños no cumplidos.