Os escribo este poemilla que, en un momento de inspiración en clase de lengua, salió a la luz. Es que siento como si en este mundo yo no pintase nada...
¿Qué puedo hacer
si no tengo mi lugar
en este mundo, al parecer?
Si ya no puedo ni jugar
a poder querer ser
alguien, al final,
tendré que perecer
en la inutilidad.
¿Qué puedo hacer
si sólo puedo contar
cuánto tiempo tendré
que esperar?
¿De qué me sirve aprender
si no puedo realizar
los sueños de mi niñez?
¿Por qué nos hacen soñar
cuando aún lo podemos hacer
para luego zozobrar,
hundirnos sin porqué
por dejarnos navegar
en un mar que no existe?
Si pudiera explicar
lo que duele saber
que no podré crear
aquello que soñé...
Que nada puede llenar
el vacío que dejé
al saber la verdad.
¿Sabéis? Me siento inerte,
como si nadie en realidad
pudiera saber
qué es lo que quiero forjar
con mi mente.
Como perdida sin encontrar
una razón de ser libre.
¿No es acaso libertad
poder decidir qué quieres?
¿Tener la capacidad
de saber qué prefieres?
Y si no tienes libertad
no tienes ideales.
¿Qué ideales,
si no puedes encontrar
algo por lo que luches?
¿Por qué nada puede captar
en mí algún interés?