Vaalz escribió:Realmente no busco atención, ni comprensión, ni apoyo, ni nada de eso.
Lo repito otra vez, que parece que solo prestáis atención a lo que os interesa, escribo aquí (con la certeza de que nadie que conozca lo lea) simplemente por desahogarme. Soy humano, perdonad, pero nadie es perfecto.
Para mí la mejor forma de vivir es no depender de nadie (ni emocionalmente ni físicamente ni nada) y por eso he dado este paso. Para no depender de nadie emocionalmente. Si nadie me importa, no voy a sufrir por ese alguien. Y al revés, yo no puedo hacer daño a nadie. No tengo que preocuparme si debo hacer esto porque a ese alguien le va a molestar o sufrir por mis actos. Es que ahí reside la verdadera libertad. No os engañéis con vuestros convencionalismos hollywoodenses.
Y en cuanto a la familia: tú no la eliges. Es la que te toca, te guste o no. Yo no decidí vivir o venir a este mundo. Yo no tengo responsabilidad ante nadie excepto ante mí mismo.
En parte piensas así, quizá, porque el ideario cristiano clásico identificaba la soledad del ermitaño con la virtud, como expresó magistralmente Fray Luis de León (ss. XVI). Cito brevemente:
VIDA RETIRADA
¡Qué descansada vida,
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
(...)
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
(...)
Siguiendo este razonamiento que ensalza la soledad y al solitario como un virtuoso que reniega del mundo porque el mundo está corrompido, es fácil sacar la conclusión de que la soledad es buena y que el mundo es malvado y hay que huir de la humanidad.
Gran error. Grandísimo error. Si aceptamos que la soledad es el mejor estado de un hombre, convendremos también que entonces no se diferencia mucho estar muerto, de estar solo.
Además esa supuesta y pretendida virtud del ermitaño (que renuncia al mundo falso y malvado) para buscar una vida sencilla y virtuosa, en realidad encierra una enorme soberbia: el ermitaño es buena persona, en cambio el resto del mundo es malicioso e indigno.
Este razonamiento me recuerda a lo que una vez me dijo una compañera: "Todos los hombres sois unos cerdos". En esa frase, sin apenas conocerme, ya me incluía en ese
todos. No hace falta decir que esta chica no necesita un hombre a su lado, naturalmente. Ella es muy virtuosa.
Para que superes esta concepción anticuada y equivocada te dejo algunas frases interesantes:
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Si quieres ser feliz enteramente, solo jamás lo conseguirás". Demóstenes
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Poco siento el no ser conocido de los hombres; siento no conocerlos yo" Confucio
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Hay que volver a la muchedumbre, su contacto endurece y pule, la soledad ablanda y pudre". Friedrich Nietzsche
Salu2