SuperFluidez.

Llevaba un día gris. Brodas Town ahoga cuando te encuentras así. Es una ciudad colorista y vital, pero cuando te encuentras apagado se convierte en una composición hortera del todo macabra. Me estaba estallando la cabeza poco a poco. Neurona a neurona, jugaban a reventarse y apalearse entre ellas, oponiéndose a mi deseo de trabajar. No conseguía concentrarme. Mis compañeros pasaban de pasillo a pasillo sonriendo y dejando un rastro arcoiris. Yo estaba enfrascado en una aspirina que no paraba de disolverse. Decidí que debía darme un descanso. Tenía que hablar con mi jefe:

- ¿ Jefe?

- ¡Oh! ¡ Lander! ¡ Pasa amigo mío, pasa! ¡ Es toda una sorpresa verte por aquí!- Hansel, mi superior, siempre imprimía un tono de jovial encuentro sorpresa aunque no fuera así. Era una reacción espontánea y, anecdóticamente, nada artificial. Él fue el artífice del cambio del edificio. Antes el edificio Bro&Co, situado en la parte central de la ciudad, era una ruina pesimista. Ahora es un microplaneta no apto para sensatos.

- Sí, verá...- Era la primera vez que me ausentaba deliberadamente, aunque resultaba algo totalmente común entre los demás trabajadores- Creo que me vendría bien salir un rato a la calle. Estoy nublado y creo que ello puede desestabilizar el aura positiva del grupo. La eficiencia puede resentirse si uno de los cooperantes de dicha energía está contrariado en dicho propósito.

Mi jerga era una confusión entre obediencia clasista y realidad.

- ¡ Está bieeen! ¡ Tranquilo!- Podría haberle explicado que tenía una cita con un unicornio despechado y haber obtenido el permiso igualmente- ¡ Pero no te olvides! ¡A partir de las 5.00 empieza la fiesta semanal en honor a la productividad acelerada y delirante! ¡Seguro que te anima!

Hansel siempre aprovecha las últimas frases para hacer renombre de su alegría sistemática. En este caso se levantó enseñándome su ausencia de atuendo a la par que sus calconzillos adornados en mosaico frutal de fresas y mangos. Macedonia genital. Traumática macedonia genital. Lo siguiente que recuerdo es a mi aparente jefe metiéndose una raya de varios centímetros de longitud y agitarse mientras irradiaba aura golpeando a una piñata.

Salí a la calle y empecé a deambular sin sentido aparente. Un trayecto de pies enemistados que me hizo cruzarme con multitud de reptiles de ojos vengativos. Al final terminé en los escalones de un edificio administrativo cuyo propósito final era el de ejercer de elemento decorativo. No hubo grandes cambios ni visiones hasta que me crucé con un viejo compañero de oficina:

- ¡ Lander! Cuánto tiempo tío. ¿ Qué tal te va?- Tyler era un tipo que había pasado por mi oficina sin pena ni gloria, y que ahora se jactaba de su acertada decisión de abandonarla, luciendo trajes caros de diseñador desconocido y marcando presencia con cambios palpables.

- Bien, estoy tomando el aire, el trabajo y eso sabes...Te...¿te has quitado la cabeza?- Ese era uno de las diferencias palpables. Tyler no tenía cabeza, y el lugar craneal y aledaños ahora era una televisión a todo color donde se proyectaba la figura de un presentador extranjero que daba noticias de relleno. El cuello había sido sustituido por un tubo metálico a modo de soporte puramente funcional y el pelo era ahora una antena cómica y caricaturesca.

- ¿ Eh? Ah, ¡ Sí! - Tyler lo decía con orgullo, sin duda- Estaba harto de tener que soportar los constantes problemas que una cabeza acarrea. Jaquecas, dolores inoportunos, resacas...más el añadido de los problemas psicológicos que se generan únicamente por que esa masa amorfa quiere. Nada de preocupaciones. ¡Libre de remordimientos!. Fue cambiarme ese artilugio anticuado por esta maravilla y todo fluir. Además estoy constantemente en actualización con el mundo.

Tyler me señalaba a su presentador interior que todos llevamos dentro.

- Y...¿ dormir y esas pequeñas funciones vitales?.

- Todo está aquí dentro- Tyler Señalaba la parte trasera de su telecráneo- Botón de apagado, encendido automático...Realmente no te sabría explicar. Son detalles médicos que técnicamente no tienen importancia. Todas las necesidades se cubren de una manera o otra. ¡ Es todo última tecnología y moda! ¿ No has visto a los famosos ahora? Nadie se pregunta ya quién viste o cuida mejor su cutis, todo está ahora centrado en la gama de colores y la calidad que ofrece su telecentral. Créeme, de aquí a unos años nadie será nada sin uno de estos.

Tyler volvía a señalarse.

- Es que estoy un poco al margen de ese mundo...

- ¡Pues estate atento!. Por ahora es algo revolucionario y extravagante, pero dentro de poco esto será LA REVOLUCIÓN. Yo podría conseguirte alguna si...

- No, no. Muchas gracias de todos modos. Creo que conservaré aún mis jaquecas- Le respondí con una cordial mueca.

- Está bien, ¡como tú quieras!. Pero ya sabes, si alguna vez te interesa, contacta conmigo y te conseguiré una buena instalación y precio! ¡ Que no se diga que el bueno de Tyler no quiere lo mejor para sus amigos!

- Gracias Tyler. Me tengo que despedir, que creo que es hora de volver a la oficina. Ya te llamaré.

- ¡ De nada tío! Yo ahora me dirijo a una partida de cricket. Vida sin estrés, ¡ya sabes!

Me desdibujé caminando de nuevo a la oficina. 5.00.

Abrí las puertas y me encontré confeti volando por los aires. Mis compañeros corrían con caretas por los pasillos derruidos y mi jefe se lo estaba montando con la secretaria encima de mi escritorio. Con suerte conseguí apartarles un poco y sentarme recluyéndome en mi mismo.

¿ Cuánto costaría un maldito televisor de esos?
Bastante mejor que Moonmen. Si quieres comentarlo, ya sabes.
Salu2
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