He escojido el argumento 1,haber qué me sale.
- ¿qué hacemos,ya están en el portal?
- No sé,no sé, déjame pensar .
- Se me está ocurriendo algo. Tú hazlos subir y entreténlos mientras yo busco unos pañuelos de esos grandes que tengo en algún sitio.
- Deacuerdo. Me das miedo cuando maquinas de es forma, pones cara rara.
¡Din don!.
- ¡Dios, ya están aquí!.
- Pasad,pasad, no os quedéis ahí fuera.
Mientras Manuel los entretenía, María iba trasteando por el armario mientras decía en voz alta: "En seguida estoy con vosotros".
Hablaban de cosas triviales como, cómo te va en el curro, estás más joven cada día, etc.
Manuel, para procurar dar más tiempo a María, propuso que se quedaran a cenar y pasar una velada,cuanto menos, "inolvidable".
María frenética perdida al encontrar sólo un pañuelo, refunfuñaba en voz baja: "Dónde estás maldita sea, necesito dos".
No pudo contenerse al encontrar un segundo pañuelo y gritó de alegría: " ¡Al fin! ". - Seguidamente se dirijió al salón para reunirse con la visita con una enorme sonrisa dibujada en la cara.
La visita extrañada, respondió: "qué, no conseguías entrar en la falda no".
María sonreía de forma picarona mirando a Manuel con complicidad,su mirada le decía que había logrado su objetivo.
Pasaban las horas, la tensión de la cara de Manuel a la llegada de la visita se había borrado por completo, casi instaba al matrimonio a inspeccionar la casa.
Algo común cuando adquieres una vivienda, es como tu obra, una obra que procuras mostrar a todos orgulloso.
María al fin tomó cartas en el asunto y muy segura de sí misma y tomando la iniciativa los invitó a descubrir cada rincón de su vivienda.
- Éste es el salón como podéis ver, la cocina nada del otro mundo, pasemos a los baños. - Decía mientras agarraba a la chica del brazo guiándola ansiosa por llegar cerca del dormitorio.
- ¡Ahi vá, una hidromasaje!
- Es de lo que más orgulloso está Manuel, nunca ve la hora de salir. -Contestó María entre sonrisas.
- El otro es igual pero con cabina, por el espacio más que nada.
Se iban aproximando a la habitación de matrimonio,con lo que Manuel, sin poder evitarlo, se iba poniendo algo nervioso por la incertidumbre de la espectativa sobre qué habría preparado María para arreglar aquélla situación tan embarazosa.
- Ésta es la habitación de los niños o niño, lo que venga, en principio pensamos tener 2, Dios dará. -Exclamó María mirando a Manuel.
Al fin llegan a la temible prueba, Manuel tenía el semblante pálido, no sabía qué le esperaba en aquella habitación tan familiar, que por momentos se le hacía tan desconocida.
María entró la primera y encendió las lámparas de la mesita de noche.
- ¡Mira! -dijo entusiasmada, ¿os acordáis?, ¡son las que nos regalásteis en la boda! - dijo casi gritando señalando dos lámparas cubiertas por unos pañuelos uno rojizo y otro anaranjado que desprendían una luz tenue difuminando el contorno de ambas lámparas.
- Qué bien os quedan, nos daba miedo saber si acertaríamos con vuestro gusto, pero, ¿por qué los pañuelos? - preguntó la chica extrañada.
- María nerviosa o intentando dar esa imagen y con voz pudorosa, contestó : "Nada,nada, es que anoche tuvimos jaleo y tú sabes, para conseguir un ambiente más propicio para el momento....... - de nuevo miró a Manuel mientras éste se encendía de rubor .
-¡ah , pues mira, te tomo prestada la idea- dijo la chica mientras iban saliendo de nuevo hacia el salón.
Manuel satisfecho con el resultado de la treta, se animó e instó a la pareja a tomar unas copas a lo que éstos se negaron por las horas que eran ya.
- Nosotros nos despedimos que estamos muertos ya compadre, otro día será. - Argumentó el chico dirijiéndose hacia la puerta de salida.
Manuel y María se despidieron abrazados haciéndose arrumacos.
Una vez cerrada la puerta, se sentaron casi tirándose en el amplio sofá de microfibra beige analizando el inmenso estrés de aquélla noche .
- Nunca dejarás de sorprenderme. - dijo manuel mirando fijamente a maría aproximándose para besarla.
- Bueno, aprovecharemos el entorno tan agradable de los pañuelos ¿no?. - exclamó María invitando a Manuel al nidito de amor.
- Éso, dálo por hecho.
Bueno, lo que pasó después , fue la manera más agradable y oportuna de celebrar tan merecida victoria.
Espero que os haya gustado porque he disfrutado maquinando este final.
Por cierto, poned en práctica lo de los pañuelos sobre las lámparas de la mesita de noche, mola.