Hace un año y poco se nos fué mi gato, pasamos los peores días de probablemente nuestra vida, y se nos han ido personas cercanas.. pero él.. él siempre estaba en casa, esperando, mirando, amasando, ronroneando, durmiendo... Recuerdo ese día de la despedida como si fuera ayer, y todavía cuesta no derramar lágrima alguna cuando pensamos en ese día.
Los primeros días, la primera semana es la peor.. siempre esperas verlo, miras sus sitios preferidos esperando ver esa cara adorable, pero no. No hay nada. Pero al tiempo, el dolor se va transformando en recuerdos agradables (quitando el momento) y las lágrimas en sonrisas recordando las pillerias...
Lo que quiero decirte, es que se entiende perfectamente.. duele más que se muera tu animal, que se mueran la mayor parte de las personas del mundo.. duro.. si. Pero así es. Recuerdo, la muerte de mis abuelos.. a los que adoraba y lloré mucho y lo pasé fatal, pero mi gato... no se.. es diferente,y creo que se sufre más su ausencia.. achacado a que conviven las 24horas del día contigo y que aportan mucho.. demasiado.
Ahora, tengo una perra de 3 años y pico.. (que la adopté nada más emanciparme, el gato se quedó con mis padres) y pienso en el día de despedirme de ella y de verdad... es que me emociono se pensar en ello..
En fin.. que mucho ánimo, ellos se merecen todo! Su muerte es el único momento en el que nos parten el corazón. Pero lo compensa.