Teddy Bautista, antaño adalid de la defensa de la propiedad intelectual a cargo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), ha sido procesado junto a su compinche José Luís Rodríguez Neri y otras nueve personas (varias de ellas familiares de Neri) por el desvío “masivo” y “depredatorio” de fondos de la sociedad gestora de derechos de autor.
Según el auto del juez, Bautista asignó de forma arbitraria a la empresa Microgénesis, dirigida por José Luis Rodríguez Neri, decenas de millones de euros de la SGAE para el desarrollo de soluciones tecnológicas, causando “perjuicios y pérdidas constantes” a la gestora valorados según la investigación en 21 millones de euros. Al mismo tiempo Neri era el máximo responsable de la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE) filial de la SGAE para cuestiones tecnológicas.
"Desde el comienzo SDAE fue concebida como un mero artificio, sin existencia real, con capacidad instalada, sin actividad propia y sin empleados”, dice el auto del juez De la Mata. “La única finalidad de SDAE era pues firmar contratos con SGAE para, cada vez con carácter inmediato, ese mismo día, firmar un contrato de idéntico contenido con Microgénesis, burlando el marco estatutario y los mecanismo de control de SGAE".
La resolución judicial afirma que estamos ante "una sofisticada estratagema para derivar masivamente fondos de la SGAE" e imputa a los procesados delitos de pertenencia a asociación ilícita u organización criminal, falsedad en documento mercantil, administración desleal y apropiación indebida. El juez describe la relación entre la SDAE y Microgénesis como un auténtico monopolio, ya que nunca se realizaron procesos de petición y selección de contratación, ni que las ofertas presentadas por la segunda fueran a precio de mercado. Tampoco se siguieron los estatutos de la SGAE en los que se exige pedir tres presupuestos.
El caso que nos ocupa encuentra
sus raíces en 2007, cuando varias asociaciones denunciaron a la SGAE ante la Fiscalía Anticorrupción por la forma de mover el dinero de la asociación entre su entramado de empresas. Por el camino hemos asistido a pequeño vodevil que en 2011 empezó a transformarse en drama para los denunciados, pues fue cuando la
Guardia Civil registró las oficinas de la sociedad gestora y la casa de los implicados como Teddy Bautista, que pasó a disposición judicial.
Fuente: El País