Tengo muchos más escritos que, desgraciadamente, he perdido (cosas de la informática...) aunque espero recuperar la mayoría (gracias a que tenía unos pocos guardados a mano y a que pasé la mayoría a un amigo). Si los consigo ya los publicaré.
Creo innecesario explicar el tema del texto...
20/05/2004 - El frío del mar
El viento sopla entre los dos mientras siento el calor del sol. Las olas susurran al viento un mensaje que ya no tiene misterios: más te puedo yo querer, que más lejos te tendré. Contemplarte jugando con la arena es todo un privilegio: inocente, sonriendo, disfrutando de la gran simpleza de la playa. Y sentado junto a ti yo no puedo dejar de mirar tus ojos, con envidia y con deseo. Envidia por esa felicidad que te pido a gritos que compartas; deseo por ese espíritu que me tiene enamorado. Pienso que no sé cómo lo hiciste, a que hechizo recurriste, pero te funcionó: me tienes atado a ti y no me puedo escapar. Y ahora, contemplándote, sólo añoro no poderte abrazar, decirte que te quiero y tus labios besar, junto al mar, como dos amantes sin mundo en que vivir, creando nuestro propio paraíso bajo la brisa marina, diciendo adiós a la antigua vida, viviendo una increíble fantasía… Fantasía… ¡Qué duro es despertar de ese sueño! Me has visto observándote y me has apartado la mirada. Cruel realidad, cruel mundo sin ti. Y mientras mi cuerpo siente el calor del sol, mi corazón tiembla por el frío del mar. Porque ya no te hacen falta las palabras para decirme que no me amas. Porque ya no hay nada que me dé esperanza. Porque sólo me queda llorar en silencio.