Es cierto que hay una cierta sensación de impasse entre lo que los consumidores desean adquirir y lo que las compañías planean desarrollar. Al fin y al cabo, vivimos tiempos de crisis y siempre diré que esta generación de consolas es algo que nunca antes ha sucedido - nunca se ha innovado tanto para tan poco (¿en qué han cambiado los videojuegos desde la PS2? Sólo Wii y tal vez la explosión online son realmente novedades) ni se ha gastado tanto, tantísimo dinero en desarrollo y promoción.
Yo creo, no obstante, que el papel de las ferias se ha reducido en comparación a Internet como un todo. Antes nos enterábamos de las novedades cuando, al mes (o meses, porque por ejemplo el E3 y el ECTS te lo espiscaban bien en las revistas para aprovechar el gasto de mandar a Manuel del Campo y compañía a gastos pagados
) te lo publicaban en las revistas y devorabas literalmente las novedades que ibas a ver
a lo largo de todo un año. Ahora te puedes informar tú mismo de cualquier novedad con tal de sintonizar un podcast de Major Nelson, leer cualquier sitio web especializado o esperar que te lo cuente EOL
Y aunque las ferias cada vez más sean citas para auténticos fanáticos, o un punto del calendario donde haya que tener los pasteles listos para hundir a la competencia, sigue siendo una buena excusa para centrarse unos días al año en actualidad de los videojuegos y evadirse un tanto que, al final, es de lo que se trata.