Hay algo que ocurrió con ICO y que me gustaría que pasase con Wanda. Tuvo poca repercusión mediática.
Los creadores de este tipo de juegos deberían ver recompensados todo su esfuerzo creativo, y ojalá que así sea. Pero todo producto cultural que traspasa las barreras del anonimato para convertirse en juego popular pierde parte de su magia.
ICO y Wanda son mágicos, son juegos de culto desde el mismo momento en que asoman por los escaparates de las tiendas. Juegos de boca a boca y joyas lúdicas incomparables.