Creo que es una película que está bien, una buena película en general. También creo que es una película que ya hemos visto todos bastantes veces, incluso con un tono y estilo similar. Aquí la diferencia la marca el buen hacer del director. Se nota cuando una pieza está hecha por un buen artesano con talento en su oficio. Y cuando eso ocurre se disfruta más. Son esos detalles de buen hacer los que hacen que esta peli esté uno o dos puntitos por encima de las otras pelis similares que hay a esta.
Su punto flaco es el guion, tremendamente previsible y llano en todo momento, a nivel narrativo se lo juega todo a ser un monólogo interior (he leído mucho que en esta peli casi no se habla, corrijo, se habla y muchísimo, solo que no con diálogos, pero debe ser de las pelis con más uso de la voz en off que he visto en mi vida, casi parece que nos estén leyendo la novela en la que supongo que estará basada ya que huele mucho a adaptación literaria). Pero, como digo, el buen hacer de Fincher eleva la película, de producto mediocre a buen producto, cumple sin llegar a ser tampoco destacable en la filmografía del director.
Nota: 6,5