Acabo de ver el primero, una hora pero muy interesante. Como suele pasar con este tipo de documentales, hay cosas con las que estoy de acuerdo y otras que no, pero tengo la sensación que en muchos apartados se ha intentado "forzar la máquina" para que casara con la teoría explicada. A falta de ver los otros dos, expongo algunas cuestiones:
1-. La teoría de los juegos, así como el "public choice" son teorías fundamentales para entender la naturaleza humana, yo las estudié en Ciencia Política. Adolecen de considerar a una persona como "siempre racional" cuando en muchas ocasiones actuamos de manera irracional: reducir el comportamiento del ser humano a números es una tontería. Además, me parece una perversión utilizar estas teorías en el ámbito político, pero pueden ser utilizadas en algunos contextos como el de la Guerra Fría, o en ámbitos específicos donde se quiera obtener el máximo beneficio en poco tiempo.
2-. El tema de la psiquiatría es peliagudo. Afirmar como Laing que la esquizofrenia viene del ámbito familiar es muy discutible. Sin embargo, los nuevos transtornos psíquicos mencionados sí que existen, e impiden a mucha gente llevar una vida normal. Las altas cifras expuestas por los estudios son ciertas, seguramente. Ahora bien, muchas de estas enfermedades derivan del ritmo de vida actual, no se las ha inventado nadie.
3-. Creo que en el documental se exagera la importancia de estas teorías en la política de los 80 (y a falta de ver los otros parece que también de la actual). Es cierto lo de Thatcher y la "revolución conservadora", pero no es menos cierto que si Thatcher llega al poder es porque el Estado del Bienestar estaba fallando por todos lados. Esto no es algo opinable, fue un hecho. La receta de Thatcher fue reducir costes vendiendo servicios del Estado a empresas privadas. Otra propuesta sería mejorar la burocracia que gestiona estos servicios. De cualquier manera, era indispensable una reforma de la burocracia, y en buena medida desde entonces muchos funcionarios se han puesto las pilas. Recordemos que Jordi Sevilla, nada sospecho de thatcherismo, propuso en el MAP mejoras de los funcionarios basadas en incentivos. Esto no quiere decir que haya que aplicarlo hasta las últimas consecuencias, como hizo Thatcher: quizá un equilibrio entre mejora de la eficiencia y calidad en el servicio propuesto sea la clave.