La verdad es que no hay nada que haga más feliz que encontrar algo gratis, aunque sea en el contenedor como es este caso. Y más si son objetos que consideramos reliquias retro.
Lo que ocurre es que pasan los años y eso cada vez se hace más difícil. Porque por un lado, a la mujer y a los hijos no les gusta eso de papá rebuscando en el contenedor de basura, siquiera olisqueando en las bolsas de alrededor, ya que los vecinos nos pueden ver y queda mal. La excusa de "me encanta reutilizarlo todo" no cuela con determinada edad, parece que nos estamos justificando y no tenemos ni para comer.
Y eso por no hablar no ya de los vecinos, sino de clientes. El que sea empresario, médico, abogado, ingeniero... y no en paro sino con clientela, no puede trastear entre las basuras, por motivos evidentes.
Poder puede, pero es como lo de los vecinos, a la máxima potencia.
En fin, que en mí se dan todos estos supuestos, y siempre me ha gustado olisquear entre las bolsas de alrededor de los contenedores (dentro nunca) y he sido mañoso arreglando, sobre todo, ventiladores. Pero cuando aumenta la edad y tienes clientela, por mucha pena que te dé, tienes que pasarte al Rastro o al Cash Converters para buscar lo que te gusta.